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Mostrando entradas de septiembre, 2016

poem031

Al espejo. Un torrente de penas en procesión, falencias, carencias, ausencias de significado,  sola  existencia.  sin momentos, sin  necesidad.

poem030

Me asusta la claridad  que destapa rostros,  !que no debe ser! Retumba en pasos des ilinando la tersa oscuridad, nocturna paz   , melancólica sinfonía. Martilla la claridad, Insolente, abusiva,  oposa,  invade su lagar que en silencio musita, extingue, arrulla y duele dentro del no ser. Se asusta y ofende, la claridad fina que descobija y expone a la burla. El calor de la noche, las intimas lucubraciones. Todo era un paraíso y la luz creo la palabra. Todo era quietud. Paz del silencio y luciferica bondad.  Soplaba un delirio, suave espejismo. Golpeó un trino,  la palabra, el habla, la voz creo al humano y se creo la mentira, y se crearon cosa a cosa y desapareció lo primordial . Se enconó las mentes, se lleno de pus los corazones  las ideas, polillas negras empolvando su vuelo, su pensamiento y su soñar. Me da miedo la penumbra, luz azul del ocaso, me da miedo el atardecer.

poem032

!Moriste! y nada acaba en el viento vuelan mis besos, tus besos, el deseo que arde en el suspendido vacío que rodea el tiempo que ya no sigue y me detiene. Regreso en imágenes de color y sol invisibles a la oscuridad,  de la compañía en soledad, que soy yo. Y el llanto transmuta la humedad de las gotas en baile, danza la lluvia en tus brazos  deslizando los pasos al barranco y ahoga el aire y tu caída me detiene, la vida, se detienen los astros y se acerca la tierra. !Moriste y nada acaba!

poem033

Pasaría la tarde mustia deshojando tú boca angora, besando pétalos viento mientras las hojas vuelan muertas. Succionando tú copa lengua y peinando tus prados seda, acurrucando tus hombros astro y aplastando tus senos marea. Pasaría la tarde agusta destejiendo dedos madera, abriendo tus ojos a la fuerza y cerrando el eco entre tus piernas. Atravesaría la desolación, la melancólica tristeza, esta tarde inmensa con un sonido de tú voz.
Hay una voz al leer, no la humana de leer en voz alta, es la voz con la que se habla en los sueños. Quienes no leen nunca hablarán en ellos.

poem034

Mi corazón no se inmuta con tú dolor ,  se precipita sobre las paredes de esta calle ridícula. Ya no se vuelve al oír tú voz, aprecia más el silencio, el sol lejano que no incendie tú ira, ni la extinga con lágrimas. Abrir tu boca, serrar tus piernas, todo es costumbre. Contigo me acostumbre a comer solo, a soñar callado, a oír la voz sin personas.

poem035

Quién eres? preguntas. Y yo comprendo de pronto, pensé que era yo, pero es mi cadáver el que me arrastra por sus apetitos y complejos. Quien eres? insistes. Yo, carne magra sin sensibilidad ni dulzura, nunca podría saberlo. Yo no sé quien soy, lo sabes tú, tú que me miras, que conversas, que me escuchas. Que soportas mi ego y te imaginas mis sueños.

poem036

Salen corriendo de sus casas. Empiezan a flotar sin gravedad, miles y miles pueblan el viento, se elevan, revientan. Una inmensa mancha de sangre inunda el cielo, este es su infierno ?o su cielo? una gran felicidad los invade al momento de explotar. Abajo los miran los incrédulos, deshaciéndose en cenizas, !este es el infierno! mareas de fuego recorren el terreno incinerando la creación. Los escuchan los temerosos, los herejes y anatemas, escondidos bajo tierra, escuchando los pasos de aquel dios, esperando que se vaya y se olvide de sus pecados. Que no vuelva a este planeta.

poem037

Cómo entenderte?, cómo saber que hago aquí?, en la calle Val paraíso todo se me va al infierno. Me cuesta el primer paso, huir de tu risa loca, de las manos exactas que te exitan. Trato de regresar a recoger mi dignidad. la vida que se hunde en la vereda. Y no puedo. Un cigarro llora en la tienda y mi rostro se desvanese . Los vecinos estupefactos me empujan. Todo es diferente, esta ya no es mi tola, la de tola mi vida.

poem038

He quedado             libre del universo ya mi vida             no navega en el tiempo, pasa todo y el pasado pesa, un cadáver de vergüenza y frustración. Ya puedo            percibir tu carne dulce y caliente tu              espumosa sangre, la vibrante vida en             tus partes, el movimiento que transforma el dolor. Ya soy uno          de esos  hombres de  la luna,     que navega         en los vientos, sobre el mal       en los cielos de  tu cuerpo y adentro en un orgasmo brutal. Ya no siento la fatiga de la vida, ya no tengo límites ni ley, en tu besos encuentro una salida y en tus piernas se pierde el entender.

poem039

el viento grita, protesta un gemido urge y canta lúgubre al aire, que se apena. su aliento desgarra el alma que es agua, no quiere ser sefiro de pakarina,  adentro: - aquietate para reflejar al cielo, esas esquirlas destructoras de otro tiempo, - la paz que quema que fluye entre nubes de escombros congelados con la pena, al corazón del océano, donde flotan los muertos.