Hay cosas en las que no se puede creer, ven mis ojos y no son, pululan las ventanas y la piedad es de papel, la justicia naufraga en un café donde cucarachas kafkenses abren un caño y las arañas poeanas se riegan en el mantel. La gente que no tiene es y la que es no entiende, la que calla puede, puede escapar. Los ojos malversos son quemados, la vida audita la embriaguez, la muerte factura los deseos y dios expropia la sensatez. Hay una voz al leer, no la humana de hacerlo en voz alta, la voz con la que se habla en los sueños, la que entienden los muertos. Pero yo, como los que no leen he quedado mudo.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS