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Mostrando entradas de junio, 2017

POEMR

El demonio es un ser invertebrado de movimientos rutilantes. Una caja de zapatos con pico triangular que se arrastra en mi cuarto, fluctuando en la brea. Salta y se golpea con sus propias manos de plástico, de pies de plátano y papas con salsa de maní y retazo de cerdo. Yo, que perentorio arrastro un ataúd, como todos que lo hacen felices, quice adornarlo. Conchas y corales, piñas de eucalipto, espinas de roza y de pez. Corazones y recuerdos, ramillete de trensas de cabello triguenio. Pero me di cuenta que el feretro no se mueve ni el venerado demonio vive. Nunca tube recuerdos de alegrias, los que se marcaron fueron absurectos castillos de dolor de muelas, devilidad de hierro corrompido y desamparo de ostion. Por eso talvez odio lo popular, lo bueno, lo aglutinante, por que el me odio primero. Hipocrita aceptacion de estravaganza manipulable. Sucio mar de negación, charco anormal, briza del alma colectiva donde se esconde el cobarde tras el triscal tatuado y un arete de tiesto vac
Me consume, me acaba. La lectura, mi tiempo, se abre en mi cabeza un agujero, succiona el cuarto, la casa, el mundo.  ! me despierto ! Solo, soledad absoluta, mudo, sin vació ni agua.  Todos pasan bajo su mirada, arquean la espalda, oprimen su sexo y explotan. Vuelan. Luego lloran, lactan, se contaminan y trasmutan.  Son argidos sabios, monstruos románticos y reyes viles que se derriten y nutren el ultimo color, antes que la luz se apague. Y al caminar al otro día distingo un mundo nuevo, otro tiempo. No recuerdo mi muerte, creo que "todo" se suicidó mientras leía.
Quito frío y del desamparo !me matas! Yo te enfermo, te infecto, te apesto. Claman los cabildos archibaldos, dolosos de lagaña, mal encarados, perversos, ineptos: -"Actuemos por bien, olvidemos las ideologías". ?Cuando la voz sensata ha tomado la mesa? ?Cuando la cama tibia ha tomado consciencia? Junto al niño callejero corre el perro invisible para que no lo patee. En la fila de emergencias no se atiende sin cédula. Bajo la luz del smartfone chilla la rueda y aulla el atropellado sin importancia. El hambriento pide pero no habla ni reclama, camina a la sed y la lluvia lo consume. Se rompe tu pavimento negro Quito hambriento amasando sangre y almas con piedras que nunca han tenido religión ni ley, ni vida. Comes a la sombra de los Apus destrozando tus víctimas entre los dientes.