Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como poesía ecuador
Me entregué al arroz como aspavientos por pensar que es mejor una grieta fresca, cálida, con provisión. Que arrastrarme por el áspero muro desolado y de inconmensurable fastidio. Me entregaré al afrecho del suelo, desecho de la pocilga antes que a la dolorosa mirada de mi propia opinión. Todos se arrastran. Los que dicen mejor vida se arrastran. Los que se muestran dignos se arrastran más, los del orgullo pintado con sangre en la frente fueron arrastrados  inclemente mente. Los que se dicen opuestos y libres, revedles, inmisericorde mente todos se arrastran. No queda, como verás, grieta de donde sujetarse por eso lo siguiente es lanzare al vació con un grito heroico y esperar la vejez para disimular una vida moderada de esfuerzos y satisfacciones aunque haya sido un canalla.
ME PREGUNTARON SÍ CREO EN DIOS. EN TODOS Y CADA UNO DE LOS DIOSES RESPONDÍ. Por que tenemos la concepción del theos? Cuando un humano solventa sus necesidades y adquiere comodidad y cálidas de cualquier forma, él recrea un sentimiento inculcado aun antes de nacer, el feto al recibir alimento y condiciones positivas adquiere la conciencia de que la madre lo protege y sustenta. Que esta ahí todo el tiempo rodeándolo, escucha su voz, la siente. Las personas que aducen y sustentan su creencia espiritual "en que sienten" a dios. Solo evocan aquel recuerdo. De aquel estado de protección integral. Para el ateo que no es ateo por que odia a dios, para el ateo que no refleja sus complejos en su resentimiento coyuntural o pretérito. Para el ateo que buscó iluminación en el pensamiento y conocimiento. Para el ateo natural que no ha sido contaminado por el engranaje de cadenas que son las religiones. Para esta persona que enfrenta, los problema
He muerto, he muerto en una felonía. He muerto de melancolía, de vehemencia, de ilusión. A los viejo vicios que me transportaban por el aplauso limpio del buen parecer. Con la buena imagen del desacato a la compasión. He salido del pensamiento sano, de la civilización, de sus estratos morales y decoro. Infante vano, inexistente oleaje del estío sobre la bruma del carruaje que transcurre en mi destino sombrío. Morí antes de ser concebido. Alla quinientos años del sacrificio. He muerto. Así lo decido por la repugnancia que me produce vivir en estos congéneros.
A veces estoy soleado a veces tormenta a veces en llovizna. Otras brisa océano y cielo. Ya no tomo las cuestas, solo bajadas, s oy quebrada, montaña, pozo seco. Mas cerca de la hucha q ue de las estrellas. Pero el agua sigue y a veces soy trino, del pájaro de invierno. Soy camino de la oruga muerta antes de creer en su vuelo. Soy torrente y huracán sin motivo.

(poema) EL CANTAR DE LOS CAÍDOS

Ella ha descendido, recorre un monte petrificado y se planta al pie de una enorme roca negra: -  Recorre salífera la piedra        ¡agriétala!           Que emane su oscuridad. -  Lágrima de mi angustia abre la fosa;         el inframundo,               su hogar. Bulle el polvo a sus pies; sombras siniestras emergen a elevar una plegaria: -          ¡Detente!         Deja a un lado el bien y el mal -          Todo el que entre o salga        nada ha de llevar. Ella sollozando entre llanto: -          Desnudo mi cuerpo como desnudo mi naturaleza Desgarro mi honra Despojo mi alma Dejo atrás la sensatez,           ya no oigo a la vergüenza ¡Dejo atrás el muro que nos separa! Él sumido entre cenizas, en una cueva de carbón: -          Ahonda profunda esperanza. Dame fuerzas para esperar, el vacío consume mi queja, la luz infecta mi carne y el aire me infringe dolor. -          ¡No sé sí algún día vuelva a verla! ¿Algún

(poema) GARGOLA

Una inmensa montaña, Un nevado de seda Un Témpano blanco De Azul cubierta. De cristal un lago De bosque la ladera, Cipreses verdes y altos Cafés como la tierra. Imponente pared de barro Barrera  sobre la arena En lo más alto del  acantilado Una piedra, Un monolito, Una estatua negra. Una gárgola inmuta, Indolente Sin promesa Las alas apagadas, Mirada sempiterna Fija melancólica el mover de la marea Las olas, hondas Las aguas espejuelas. La lluvia pasa, el viento golpea Transcurre la luna, El sol, Otra era Hasta que una tarde Llena  de estrellas Al incendiarse la frontera Un rayo lo asesta. Como tierra de desierto Dura seca, Se quiebra ¡Del interior la luz ciega! Es de un ángel la silueta. Una lagrima al lago La profundidad centellea Es un ángel en espera, De mirar el lago no deja, Busca su hada que en el agua Su escondite fue condena. Llora y canta Y estremece El alma de la tierra Su amor prohibido No aparece… Esperará otra era.

(poemario) A ERILUNA MI HADA

I Aunque el mundo no este Y aunque el cielo se cierre Nunca nadie podrá Apartarme de ti. Aunque el amor no pueda Y la amistad se niegue Un sentimiento nuevo Hallaremos tú y yo. Y sí lo arruino todo Y sí me porto tonto Apelaré a tú perdón. Y sí en un abismo caigo Y el tiempo duele Buscaré tú corazón. II En las aguas del tiempo Mi destino se dilata Se hunden mis sueños Zozobra mi barca. Un dolor empecinado Doscientos años de diferencia Nos separa el pasado Sin hallar quien nos entienda. Y ya no tengo esperanza Me aferrare a una luz Aunque las sombras me espantan Resistiré… En un mundo que nos mira Que te juzga y cuida Soy quien no debe ser. Y como fugaz espejismo Desde este oscuro abismo Siempre te querré. III No te olvides de ser feliz Y de sentir que estas viva De mirar como solo tú Vivir como nadie más sabría. Mira al norte a las estrellas En el este como nace el sol En el oeste el viento juega Y al sur, te miro yo. Escucha al viento susurrar Oye del árbol la voz La