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Mostrando entradas de junio, 2012

ÁNGEL DE LA NOCHE

VIII ÁNGEL DE LA NOCHE Eres luz en mi agonía gozo dulce en la añoranza eres la  más dulce compañía, eres, la más dulce venganza. Ángel de la noche esperada ironía que me quemas al toque y me abandonas de día. Ángel de la noche triste esperanza esperado reproche, deseo y constancia. Eres amor sin tiranía libre deseo sin vergüenza, eres la emoción que extasía, eres, la pasión más perversa.

ÁNGEL DE LA GUARDA

VII ÁNGEL DE LA GUARDA  Hasta hoy he descubierto lo azul del cielo y lo negro de tu pelo. Lo dulce de tu tez ladrona de mi anhelo, y he descubierto que vivo por que antes estuve muerto. Eres el ángel que me cuida eres quien mi vida guarda, el anhelo que me guía y la fuerza que me exalta. Tú me enseñas a vivir aunque a veces ya no quiero y cuando creo que muero me rescatas con tu reír. Gracias por ser mi amiga y gracias por tus palabras, gracias por ser el ángel que me cuida y que mi vida guarda. Por ti sé que si existe el cielo y sé que no está tan lejano como aquel misterioso lucero del que por siempre estaré enamorado.

FANTASMA

V FANTASMA Descubre algo en el viento fíjate bien tras la niebla, escucha profundo en el tiempo que algo esconde la hierba. Oculto esta en la noche oculta a la luz su cara es como un dulce reproche, susurro suave que te ama. Siente sobre ti una mirada, te sigue cada momento y con tu menor palabra sonríe y se pone contento. Sabes, es solo mi alma como niño perdido lloraba en tus ojos hallo la calma y ahora; solo a ti te ama.

PACTO DE SANGRE

III PACTO DE SANGRE Toma mi mano une tu herida mira mis ojos ¡besa la vida¡. Mira mi alma entro en la tuya juntas al alba, danza lasciva. La sangre fluye el fuego corre la carne intuye la pasión corroe. La tierra moja la boca quema la sangre grita el pacto sella.

CONJURO DE LUNA

II CONJURO DE LUNA Engaña a la luna su reflejo sorprende a su vista el portento vasija de agua, engaño del espejo; enamorada luna ¡yo lo siento¡. Así desvalida, conjuro Sacrílego, así distraída, en mis manos tengo. ¡La luz mágica, del cielo negro¡ así amiga, con mis palabras contiendo: Con la luz de las velas reflejo tu pelo con el humo blanco formo el cielo. Bajo por tu cuello como suave velo y cubro tus pechos con el dulce incienso. Envuelvo tus caderas circulo de hielo subo por tus piernas con el último anhelo. Te hago el amor estando tan lejos ¡conjuro a la luna¡ que sientas lo que siento. Mas conmigo un temor vuela al viento no ha de verte la luna ni verá mi contento. Que del fulgor se enamora ¡del engaño del espejo¡ sí ha de verte la luna se enamorará al momento como yo me enamoro cada vez que te veo.

EL MAL

I EL MAL Con sangre escribiré un poema con el llanto de mi corazón al mar derramare mi pena y en las estrellas mi ilusión. El viento contiende en la arena en agua evullece la pasión brillo espuma la luna llena y el cielo se rinde a Poseidón. Feroz guerra inicia Selena defienden los astros su posición las estrellas caen en cadena, la luz agoniza con tesón. Yo soy el mal, el que acecha yo soy el mal, el que condena yo soy aquel que nada espera, yo soy el mal, yo soy la pena. Yo, un día tuve un poema, tú lo arrancaste de mi ilusión, el papel mi maldad encarcela, y la pena mi corazón.

LA PROMESA

LA PROMESA Por: Amaru Castela Bañado de luz blanca su pálido rostro aparece y desaparece, los cambios de velocidad no inmutan la dispersa  mirada que  perdida en la ventana es la puerta de otros mundos. El nudo en mi garganta es tan apretado que apenas un delgadísimo hilo de aire logra atravesarlo, me ahoga la saliva, se vuelve helada y un abismo inmenso se me abre en el estómago. El bus casi llega a su destino, luego caminaremos unas cuantas cuadras hacia la casa. En mi hombro su delicada cabeza recostada, su hermoso cabello negro huele a rozas. Su suave rostro casi toca mi cuello mientras que su aliento enciende en mi pecho una hoguera que de a poco consume mi cuerpo. En un pequeño movimiento suyo, ¡ya no resisto más!, aprieto con fuerza sus manos y digo: -Ya no puedo solo, ¡ayúdame!  ¡Soy un alcohólico! Ella se reincorpora, sus profundos ojos negros se clavan en lo más turbio de mi alma; los aclara. No me dice nada, pero me tranquiliza su mirada