Ir al contenido principal

DESAFIA mis SUEÑOS

Todos los meses de Agosto, cuando OrióM legisla el cielo del Ecuador, un extraño influjo aletea sobre mi paz, una fuerza extraña y contraria a mí, ataca donde soy más vulnerable y de donde brota mi fuerza: en mi corazón.
Sin llegar a perturbar nuestro amor, mi hada y yo, somos victimas de circunstancias externas, que intentan alterar nuestra felicidad.
He indagado en la vieja torre, hasta en los libros más antiguos, no hay uno que me ilumine; pregunte a cada árbol del bosque y ninguno sabe; he conjurado todos los riachuelos y   manantiales, nadie me responde y todos los pájaros que cantan no me han convalecido.
Atravesé el espejo, un susurro me conto de un viejo sueño y de quien desde la penumbra, con una flauta, caminos abre y puertas encuentra.
Por eso, bajo el fulgor rojo que la luna rodea, en medio de la campiña dispongo un sueño, armado con furias retare a mi opuesto.
En verdad tomo conciencia en un típico ensueño, miro al horizonte donde el escenario es un velo. Tras la luminosidad un flautista sentado  inicia su encantamiento.
Salgo corriendo mientras me trasfiguro en serpiente. Arremeto contra su cuello mientras me salgo del sueño, cambia el paisaje, estoy en su cuerpo. Me transformo en águila arpía, fracturo su cráneo sin triturar su cerebro, despliego mis alas surcamos el tiempo.
Al descender en mi nido lo mutilan los polluelos, tomo su cabeza, a sus oídos cuchicheo:
-          ¡Despierta!
-          Sí vuelves a vulnerar mi reino, ¡ya no haz de despertar!

Comentarios

Entradas populares de este blog

FEMINICIDIO

Más que un escarmiento esto es una inhumación, un rosario de tragedias y ruegos que han podrido  tú alma.  Siento tus dientes fracturar mi mandíbula, la saliva sangiinea de una traquea triturada, falanges primates en mecánica involución, se esconden en conceptos la falacia de tú  amor, de tú necesidad baja de reproducir. Perpetro incontenible en las falditas, en las muñecas, en la ropa de escaparate que tú mismo me diste, por la que me sentencias, con la que ahogas mi vida mientras de lejos retimbran ecos de mi risa niña preparando la víctima para la expiación. Siento tú instinto fósil moverse sobre la tierra, entre mis viceras. Con codicia espeluznante, pala a pala con odio atormentado, con venganza por los besos, por los momentos irreales. Con tu amor en la boca pastosa y mortesina, con tus golpes, con tus insultos siento tu medio centímetro de poder aplastandome. La bulla lejana, el comentario morboso, escandalo y duda, mi nombre sin mí.  Siento la pena compartida, la culpa injusta,

MALEVA

Iré llorando a la guaca con el luto en las manos iré como arcilla al río con mi corazón destrozado. Volveré a la turba añil volveré de verdes collados a ser el pájaro de abril que muere en cielos vedados. Seré tierra negra de páramo seré lucerna fría de invierno que al mar eterno reclamo tras la gris cortina del averno. Iré llorando a tus ojos una sola vez diré te amo y así nunca más llamaré tu nombre que se extravió.

Las montañas

Las Montañas.  Cuando muera no me iré, me quedaré en las montañas donde tu mirada me busque,  en el ladrar de los perros,  en la cangagua,  en los ojos puros y sonrisas sin maldad. Busca mi alma si me extrañas,  allá lejos en las montañas,  por los caminos de lodo y las gradas de quebradas,  en cachorros con frío y en los niños del cerro.  Con los Apus me voy a quedar,  a oír sus leyendas y escuchar su sabiduría,  oliendo los eucaliptos y las ortigas  que nunca pude diferenciar. Caminaré con él caminante, impulsaré su bastón de palo y suavizaré su paso. Acumularé las penas para bajarlas al río  y llegaré donde dormida talvez en mi sueñes, talvez me recuerdes y cuidaré tu sueño. Amaru castelA.