La fruta de vida desprenderé de tus labios, el temblor imvoluntario de ceder, quebrarás la inmensidad en un gemido, luminoso. Romperé tú flor a la sombra del altísimo, abrazarás la serpiente para cobijar la madrugada. Subiré a las dos casas de lo más alto del sueño; pero saldrá un duende pregonando: -"tú sigues en el infierno y nuevamente eres condenado". Besaré tus labios y de reojo disimularé indiferencia a toda la devoción, al escándalo, a la pasarela de toda la clientela, al vació de esta crucifixión y ganaré en tus ojos al temor. Beberé de tus pechos, absorberé tu boca, y en el final serás yo y en ti me encontraré, feliz al momento eternal. Me quedaré en un árbol sin ciencia ni mal, solo el recuerdo que será tú vida, llegando de la tierra, soñando con el mar. Amaru castelA
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS