Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2020

La vida

El amor, la felicidad, la paz están sobrevalorados. TÚ vida no está solo dentro de ti, tu vida está en las calles, en las montañas, en la luna.  Se riega a tu alrededor, tu vida va y vuelve por la otra curvatura de la tierra. La vida se alimenta y toma de ella, del sol, también del agua, se dispersa y engrandece, se consume al fuego y sus cenizas pueblan las estrellas.  Tu vida, hecha de vacío brilla, como la más pura oscuridad, mientras dura, envuelve al tiempo y lo desintegra. El amor no es la única puerta, la felicidad tampoco el único puerto y la paz es la ventana para mirar hacia la belleza, hacia la muerte. Mientras vives te alejas de la esencia, de la vibración cósmica que un océano de melodías mueve, de las emociones más intensas hasta que un día regresas. Cuando estas vivo anhelas aquellos sueños, aquella paz, la contemplación de la nada, ulgun escape, alguna otra realidad.  Amaru castelA. 

La Calle

El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas,  díganle a mi ñora, Que,  la espero desde, la Palabra. Díganle que no, Pare Nunca Más,  que la lucha es, Renovada, por cada nueva, Generación, que se, Revela bajo el Agua, que no entiende la, Razón de vivir Sin nada. El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas, porque un artillero, Común,  defiende al banquero, y Su plata. El camino siempre, con dolor,  Este camino  no, se acaba,  porque se llevan siempre, lo Mejor,  Por qué tenemos que, callara? El amor que yo tenía, Aún,  se pierde entre sangrantes, Masas,  si somos muchos, más por qué seguir, con sus tristes patrañas. Aquí se acaba el cuadro, aterrador,  aquí los sueños, del que cambia,  las calles iluminan, nuestra voz,  aunque el que canta, ya se calla. El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas,  díganle a mi ñora, Que,  la espero desde, la Palabra. Díganle que no Pare, Nunca Más,  que la lucha es, Renovarla. Amaru castelA. 

Soledad y café

La soledad en la noche del abismo      prepará mi almohada,      acaricia mi sueño; suavisa el silo que me envuelve con la única seguridad que tengo; tú no regreso.    Se sienta junto a la cama,    escribe en mis hojas,    musita en una jarra, tarararará;    se toma mi café. Su melodía se apagó en este abismo de lástima, la luz confuza falló, soledad  ¡tú me haces falta!  La soledad en la noche de espejismos     prepará la cena,      baila en el portin,  se sienta en mi cama,    y navega en mis sueños    musita con una jarra, tarararará;    se toma mi café. Cuando yo mismo no estoy por la negación que me embarga se que no sirve de nada pretenderte subyugada, a mi parecer. De nada sirve buscarte en mi cuarto en el florido jardin  de la vacuidad, en las calles tristes  del olvido; de nada sirven  ¡si ya no estás!  La soledad en la noche de estrabismos     se convierte en pena,      confusión sin fin,  que inunda la cama    y el abismo eterno;    musita una jarra, tarararará;    se toma m

Camino medio mundo

Asfaltato negro de cielo inmenso, mujer canela en camino desierto.  Viaje al centro de la tierra para estar más cerca del sol.  Lleva una Diadema, brilla al viento y su cabello cubre el tiempo que dedique en venir.  Quebradas y cañadas, ríos y acequias, previenen que regrese, conocen y saben que su mente no es buena.  Montañas espesas, infierno de bosques, pradera eterna reflejo de soles, ella canta y suspiros  se elevan desde los océanos.  Viaje a la mitad del mundo para estar más cerca de un dios.  Plantas y nidos, árboles y hierba, lamentan porque conocen la intención del corazón.  Camino en medio cielo, nubes hablantes, canta en las aves y atardecer.  Viaje a la línea del mundo para encontrar algún ser inmortal, ya no la escucho ni aparece, su lugar quedó vacío en el último abismo, sólo perduró su recuerdo que me obliga a beber del espumoso espíritu, que ya nunca dejará de ser. Amaru castelA. 

Espino

En el cielo fue creado cuando creada la música regó su esencia y perfección. Se reveló la belleza por su inteligencia y los ángeles a los que servía cayeron con él. En realidad nada existe, en ésta realidad donde todo es externo, apariencia, nada existe sino la melodía, la vibración que se escucha lejos del sentimiento. En el abismo del pecho resuena, antes de emerger, fluido de palabras, sonidos continentes, un alma, los cielos. Más abajo, entre ansias los mares. A pesar de la falta de caminos, del vacío, las nubes ocultan y encuentran las mañanas, las empañan y atardece, antes de la luna que brilla en los valles. Las montañas y las playas enrojecen y tiemblan. La tierra respira y susurra, de ella nace la vida y la muerte camina, germina el dolor, florece la felicidad.  El goteo marca el pulso, un segundo, una eternidad, un final, el inicio. Todo se destruye sin recuerdo en un cambio silvestre y verde que el gris pensamiento perenne y sabio ni siquiera tizna.  Inunda la faz el sonido,

La Carta

Te escribo cada tarde  y en cada línea  la noche se cierra   con total melancolía,  extingue el humo mi vida.  Las palabras  describen ufanas  una ingrata desolación,  existir fuera de tú cercanía. Remordimiento con tinta que llora tú ausencia,  vicio de recordar y sufrir,  imaginar entre cenizas  tus besos,  espejismo de tu mirada,  dulce susurro  y la extraña maestría  de atrapar mi ilusión. Cada tarde al último rayo de luz,  seda lechosa del cigarro, una copa que sangra y un romance ficticio,  hieren la melodía de la oscura estancia,  que todavía con esperanza te espera. Todo se atavia de pena y tristeza,  la blanca hoja es,        lo único que ilumina  y en ella se borran los días de alguna alegría, vacío a cada paso, en cada alma,   que solo acentúan tú falta. No recuerdo el final,  sigo perdido  buscando olvido,   la sinrazón, una escusa,  una salida. Amaru castelA.