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Mostrando entradas de mayo, 2018

LA CONGREGACIÓN

Abres tus ojos y lisonjas en un graderio inmundo, esperas tu turno, evitas caer, los muertos flotan al final en un torrente podrido que se eleva en alabansas. Miras al cielo que se desploma en lodasales de cuerpos corruptos y lisonjas. Te dejas caer, deslizas tus miedos, empujas a otros ciegos      alterados por el poder pero resvalas. Elevas los brazos y cantas mientras tus piernas quebrantas, arrojas tus ojos y clavas una espina en tu corazón. Te rodean las escamas, batracios, tentaculos te callan pero insistes en la afirmación. Lisonja, llanto y mentiras, elevas letanias que se hunden en el fango. Al final te sientas desorientado y perturbado.

soy

Soy de la gente caimán, tanto odio por papá y él tenia razón. Soy de la gente pájaro que salto a la horamala y nunca miro hacia atrás. Soy de la gente perro que a veces da su afecto a quien solo lo quiere golpear. Soy de la gente gusano que se cree el gallo mas florido del corral. Soy de la gente humano, la peor, que vive sin compasión con dos grilletes al trabajo Y billetes en el corazón. Pero a veces soy como un animal, dejo de ser gente y me dejo llevar, vivo la vida insana, entregado al sol rendido a la luna, sintiendo el amor.

Relato de noche de tempestad

Recuerdo bien esa noche. La tempestad régia y el viento azotaba los vidrios de mi ventana. Así viendo la débil claridad de la lluvia me dormi para iniciar un confuso sueño en donde unos tres seres intentaban ingresar a mi cuarto. Eran deplorables, horrorosos y daban lástima. Trataban de interferir en mis sueños y cada vez los miraba fijamente y burlonamente los ignoraba. Sentia su odio ante mi indiferencia. En el sueño abri los ojos en mi cuarto. Pensaba que habia despertado. Pero seguia en el sueño donde los veia tras la ventana. Enojados, furiosos, trataban de entrar al cuarto. Yo mire mis gatos me sentia seguro con su presencia y con un resoplido de valor les dije: -ustedes estan muertos, ya no son de aqui. Yo puedo comer. Puedo reir. Puedo llorar. Enseguida se marcharon, lamentandose y llorando. Entonces un sentimiento me invadio. Un dulzor inquietante. La lluvia se detuvo. El viento se detuvo. El silencio era total, exagerado. Sentia que venia desde lejos, desde la quebra