Cae tormenta en Tolontag, las piedras reflejan los años, la hierva penetra mojada y resbala un cielo vertiginoso. Las nubes pueblan la tierra. Caen las gotas y traspasan, se pierden en el alma, urgencia en el aire que reclama la expansión, el huir, el dejar sesgado un futuro predicho. Yo corro, tu corres, mientras el tiempo detiene nuestros movimientos, un río torrentoso arrasa delante todo lo que conocíamos, se abre la esperanza y una nueva estación inicia. Estamos en el cielo, aún lejos del Apu, pero estamos con él, en él y podemos sentir como acompaña y se ríe. Trastoca la acuarela una niebla que difumina y matiza el verdor dentro del negro de tus ojos, ningún pájaro tiene tu voz que se irradia entre las montañas. Cae tormenta en Tolontag como si la cangagua llorara en todos los ojos cálidos, en todas las caras rosadas, en todas las sonrisas nunas, de quienes aquí dan vida.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS