Mis ojos son negros por que son las puertas de mi alma, con fondo de mar de tejados, con espuma crisálida y estío. Mis ojos tristes, dicen, caídos en búsqueda eterna, no son buenos para complacer ni para llorar, ya no brillan con fiereza. Solo exclaman quebrantados el vació líquido que expiro, el dolor horrendo del esclavo. La dulce inocencia del demente perdido en esta jaula de horizontes.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS