Tengo todas las hambres, cada gota salibal del océano que agovia; las imágenes que lastran, el ahogo que me extirpa, las ganas desde el alma. Los deseos que se inflan y desnudan el vientre, la parca escondida tras la esquina que recuerda, que grita con olor, con aroma jugoso a vida, sabor a crimen, a descoyuntura, a profunda sangre y muerte entre besos de dolor. Oculta delicia, delicada faena, de arrancar de la inocencia una perturbadora libertad. Comer sin piedad ni prejuicio, beber sin miedo a la saciedad; olvidar la razón y la pena para crear mi propia civilidad. Amaru castelA.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS