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Mostrando entradas de mayo, 2020
Tengo todas las hambres,  cada gota salibal del océano que agovia;  las imágenes que lastran,  el ahogo que me extirpa,  las ganas desde el alma. Los deseos que se inflan y desnudan el vientre,  la parca escondida tras la esquina que recuerda,  que grita con olor,  con aroma jugoso a vida,  sabor a crimen,  a descoyuntura,  a profunda sangre y muerte entre besos de dolor. Oculta delicia, delicada faena,  de arrancar de la inocencia una perturbadora libertad. Comer sin piedad ni prejuicio,  beber sin miedo a la saciedad;  olvidar la razón y la pena para crear mi propia civilidad. Amaru castelA. 
- Amigo no es el que busca provecho, beneficio de ti. - Sí fuera así, no existiera la amistad.  - Un amor no es el que busca placer, ni ensoñación, ni plenitud en ti. - Sí fuese así, nadie realmente ama.  - Un amor es, en la playa desierta quien no sucumbe al frío sabiendote, a la distancia bien. - Amistad es quien da sin calcular, quien anticipa y cubre tú necesidad. - Sí fuera así, no seríamos lo que somos. Amaru castelA. 
Carne magra y comisuras cafe con leche,  rosadas pardo.  Sobresalen al moverse,  en la mueca jugosa que destroza el ambiente       y contiene la vida. Se abren apenas  por donde silva el flautista,  pajaro oculto que sabe del futuro y borra la desgracia. Puedo sentirlos entre mis dientes, a la distancia, en mi locura. Succionar su cáliz, dulzura de guanto, ensoñación de colmena, frío de muerte. Ajis rocotos que arden para siempre y marcan con fuego la víctima próxima de tú matadero.  Amaru castelA. 
Inclino su cuerpo junto al ventanal panorámico para arreglar la basta de su pantalón enredada en el zapato. Apoyo su mano derecha en el vidrio que se trizo muy rápido, sin darle tiempo a un suspiro. Con su último ahogo veía borrosa y en rojo, la ventana desde la que cayó. No terminó ahí, cuando no está flotando en el agua helada de un océano o mirando la interminable playa rocosa; cae y vuelve a caer junto con miles de trozos de cristal. Escucha los gritos y el llanto todo el tiempo. Amaru castelA.
No busco el éxito,  sigo al fracaso y si vas tras mis pasos  también lo encontrarás.  Los bloques de infancia,  la moral mal armada,  las mentiras de labios excelsos y maquillados  que me alejan con asco  del Altar de la honorabilidad. La hombría, el cascajo,  la civilidad, adalis y descaro.  El orgullo y la humildad,  la ambición y prosperidad. Acumulación insana, antinatural, insensible.  Un sueño indiferente de comodidad rapaz. Burbuja claustro de apariencias y agrado, hipócrita cautividad, bomito de un diablo que experimento siete días con el corazón inocente.  Dolor y rabia que envenenan los días  y corrompen de noche  un martirio contumaz  del ser victimario  de su propia naturalidad. El éxito exigido,  el molde programado, límites sensoriales y cuñas en el pensar.  Todo apesta con los soles que te ofrecen ilusiones en tú vaguedad. Detesto el éxito y a sus discípulos,  más a los charlatanes  que no lo ofrecen y presumen sin saberse su realidad. Amaru castelA. 
En un mundo de hiprecia, no por ser directo significa que dejas de ser hipócrita. Muchas generaciones confunden la insolencia y descaro con sinceridad. Amaru castelA. 

mis manos

Mira mis manos blancas, sin sol, sin dios, sin la maldición que tú llamas trabajo; ahora que soy más yo y menos lo que tú querías que sea. Del fondo y la forma no me preocupo, ya sé para que estoy aquí, ya recordé para que vine y no es por ti. Mira mis manos suaves, sin dolor, sin esfuerzo; celebran en sí el hecho de la rebelión, la paz, el amor. Frías cuál lágrima, duras con el dolor son deleite del viento, son mi proyección, mi síntesis. Ellas entienden la vida, hablan con los cuerpos, sienten la energía y sobre todo expresan quién soy. Amaru castelA.