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Mostrando entradas de octubre, 2018
En una banca del Itchimbia... Exumando mi cuerpo de la maldición. El sembrador no se formó, de vuelta al guerrero (AWKA) y al brujo (YACHAY). En noviembre 10 años de una senda perdida. Amaru castelA.
INTANGIBLE Quede absorto. Sus rasgos fueron tan insisivos y punzantes, tan familiares como las montañas rituales de mi amanecer. Tus mejillas como el redondo Yavirak. En el naufragio de ensueño y éxtasis tu boca única, roja, redonda, mortal. Me dijo tú nombre: " Tamia", como la madre de Yaku? Wayra siempre tras de ti, con sus músicas y lisonjas. Pero eres esposa del Inti. Sol. Me mirabas con dos noches en tus profundos agujeros. No sonreiste ni fui un fastidio, solo mirabas. El tiempo fue inmenso, aun sigo este momento. No diste ni una sola palabra mas, Tamia y en esta lluvia que me diluye, que me desgarra, que me ama, que tanto espero. Recuerdo tu dulce persona intangible. Amaru castelA.
He regresado... De vuelta al flujo iridisente, la imagen sobre el condumio, las plumas negras y afiladas, no importa que casi no cubran la carne magra, sobre la elocuencia. Vuelvo a las calles encolerizadas de suela rota y saludo hipócrita, de sonrisa chueca. V uelve a encenderme la energia demente de no aceptar mis actos ni  responsabilidades. Otra vez oleaje,  pasos en falso, lugubres miradas, senoides brazos, selva seca. Conservo de ti un punzante pedazo de fracaso olor a lluvia . La d istinción melosa de complejos esperandome cada tarde en cada parada. Y sobre todo la insertidumbre del último golpe. Pero he vuelto y los pasos marcan un giro imperseptible pero definitivo. Podrás aferrarte a un grito, podrán aludir a la escena periódica que me define, pero he vuelto y soy otro. He regresado y sin embargo nadie me conoce, mis pies géneran un nuevo asfalto, un nuevo aire, una nueva luz. Nadie me conoce y se confian del pasado. Amaru castelA.
Ortiga Negra Nunca conforme yo, aunque mancille las estrellas apague las lucernas y bese la tierra. Yo, con el dolor frente a frente inevitable solución día del horror oscuro y silente, angustiada expiación. Delirantes ansias pirañas intoxicantes, besar una espina y fingir que la sangre no es mía. Tú, un abismo envolvente atrancada ensina lienzo razgado con aguja geringas vertientes de tálamos humeantes, al solear transparentes, al llorar torrenciales. Azucena ardiente mojada paso a paso, ortiga negra laceral, anuncio ingente de mi muerte cerebral. Rosa negra oxipital pausa dramática ineludible, mi lengua aún en tus dientes naufragio de un mar genital. La noche siguió, pisoteando mis sueños los cristales fueron sacrificados en ritos y juramentos. Un sol cobarde y enfermo apareció manchado y sucio. Despreciable en mi contradicción, contrapuesto a mi sombra en la vieja calle. Amaru castelA.
Estoy cansado de buscar lo q no existe, cansado de odiar al sujeto en el espejo, tan extraño y desconocido desde siempre, la pena sustituyó la angustia, el miedo que ejercia sobre mi. Etoy fastidiado de todos los que le rodean, todo lo que él es me apesta y no soporto con vida su voz. Rancia mantequilla cubre la espesa fetidez de su orgullosa dignidad. De su arrogancia débil y ridícula, sus gestos me revuelven las viseras y su sola presencia interna me enferma. Por eso miro fuera, horizontes digitales de dimensiones imaginarias. Uso las voces de pajaros en eras desoladas y ato mis manos y piernas con voraces mariposas de los lagos yertos en coordilleras borradas. Como arrancar el ente a quien reclama la vida y por quien tantos preguntan? Como borrarlo, decirles a todos que en un arrebato cambió, consumido en la demensia, paralizado por la incompetencia, absorto eterno en su penitencia. Como desacerme de él? Estoy tan cansado de aguantarme, tan hastiado de este mundo mío,
¿Qué aprovecha? Ser un niño sin inocencia, un amante que no ama, una luz que no abriga. ¿De qué sirve la inteligencia que no escapa, que no cambia, que no trastoca? ¿De qué habla alguien que te quiere, pero daña, la experiencia que condena, el poder que sobaja? De qué sirve vivir sin esperanza. La misma muerte, cuando llegue ¿qué tranquilidad dará a mi alma… O, será, otra condena de este hastío que no acaba? Autor: Amaru castelA. Editado: David Acosta.
La belleza de Adali, perpetuo silencio,  inclemente secreto que marchita los cuerpos. La tristeza de quien te besa, la neurosis que tus dedos posa. Quien tubiera tu cariño sin desflorar la rosa? La belleza da la muerte, la angustia de los días, de las tardes frías de soledad extrema. Caen las hojas,  callan las ideas, el árbol se seca en el estio y ya nadie te mira bella. Aún tu dulzura enciende el fuego enterneciendo el lecho de sabanas parcas, la sin-razón, el deseo se enciende y te beso, recorro tus surcos, tus plantas, tus raices, tus palmas, la inmennsa circunferencia de caderas y senos escarcha. Aún tu boca encarna, desquicia, arrebata. Muerde, desgara a ritmo vehemencia. Todo tu ser es tumulto contra la montaña, se opone al rio, aplasta, se levanta, espasma, destrozan la muralla tus piernas al viento, aves rapiña sobre un cadaver en llamas. Que hermosa eres Adali, tus huesos escarlata, tus agujeros profundos que miran mi alma. Que hermosa muerte intima, en tus bra
Mentiría el sol y aún el día será color, mentirá dios y aún el hombre lo tolerará , nos mentirá la madre y una lágrima nos consolaría. Porque miente el mentiroso, criminal, traidor. Por odio todos lo remilgan con lisonjas de pus. Nos mientes presidente lenin moreno  desde el estrado impúdico, desde tú barato costo y poco honor. El primer magistrado, el comandante en jefe. Un traidor. El ejemplo para los niños. Cínico mercachifle, mercenario del dolor, del pobre, del pueblo, del pobre pueblo que con sangre sepultó los monstruos que por tradición, por costumbre nos aniquilaban. La mentira o la traición? Cuál será tú signo con el que pronuncien tú nombre, mientras en tierra los gusanos que hoy te adulan te desgarren. Cuál es el precio que mancillará todas las generaciones que te niegen. Nunca te interesó gobernar, ya te pagaron los banqueros, los malvados, los corruptos. Y muere mi país, muere el futuro, muere la fe. Pero recuerden que todos nosotros sabemos r
No era lo que tú querias. Lo que todos esperaban. Desgaje mis ángulos y retorsi sus curvas en el asco que cultive por la sociedad, por las gentes. Y todos lo saben, pero se ocultan. La realidad que los perturva no es mas que una acuarela que gotea de un edema, de un tal precursor. No era lo que querias pero te gustaba mi trastorno, el no pertenecer a los que te lastiman. Pero querias, al final la estabilidad que niega la manada al desertor. Pintabas mis sentimientos y adornabas mi criterio hasta que pude hablar contigo ahora, ahora que no estas, que no escuchas. Ahora que dios no oye. Ahora que todos hablan. Puedo hablar hoy bajo todo el maquillaje, parafernalia que me expulsa y reclama mi nombre. Y salgo de ti, de mi, sin saber quien soy. Solo que tú no eras, lo que yo quería. Amaru castelA.
¿Qué aprovecha? Ser un niño sin inocencia, un amante que no ama, una luz que no abriga. ¿De qué sirve la inteligencia que no escapa, que no cambia, que no trastoca? ¿De qué habla alguien que te quiere, pero daña, la experiencia que condena, el poder que sobaja? De qué sirve vivir sin esperanza. La misma muerte, cuando llegue ¿qué tranquilidad dará a mi alma… O, será, otra condena de este hastío que no acaba? Autor: Amaru castelA. Editado: David Acosta.

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