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Mostrando entradas de enero, 2024

VEINTE MIL DESPEDIDAS.

Que vacío hoy vivo dentro de este infierno que pasa por mi lado y nadie puede escuchar. El aire viene en contra con palabras dirigidas en la desolada partida de veinte mil despedidas. Que vacía quedo mi vida que yo mismo no me puedo encontrar en los rostros abatidos que no se reconocer. Procuro marcharme buscar el hogar que simplemente no existió. Procuro aguantar desolación sin piedad que nunca supe desvelar. En la mesa soy un extraño que conversa con migo que no puedo aguantar. Haría lo que fuese por regresar a tu lado y se que no puedo hacer nada para poder escapar. Procuro marcharme buscar el hogar que simplemente no existió. Procuro aguantar desolación sin piedad que nunca supe desvelar. La tristeza viene a consolarme a veces con la compañía de la atroz demencia anhelo su compañía. Amaru castelA.

LLOVIZNA DE INVIERNO

En el asfalto congelado  goteando lágrimas va rodando nuestro amor. Por qué no te veo  ni siento tu calor solo vienes como llovizna  de diciembre como tormenta de viento  que arremete  y me destruye el corazón. YA NO PUEDO MÁS  NO PUEDO HUIR  PARA PRESERVAR  MI DIGNIDAD. NO TE PUEDO DEJAR  EN LA CORRIENTE  PERDERTE  Y NO VERTE MÁS. Extraño el sol el calor del día en que te conocí  la dulce voz del amor tierno que nunca antes oí.  Llovizna de diciembre que me arrastra a la alcantarilla. No podré nunca escapar los nubarrones negros cubren el cielo y por dentro el aguacero de tu amor me ahoga. Llovizna de diciembre que me arrastra a la alcantarilla. Extraño el sol el calor del día. en que te conocí  la dulce voz del amor tierno que nunca más oí.  Llovizna de invierno que me arrastra a la tumba. Amaru castelA.

cuento. EL HOSTAL RUMIÑAHUI

En la refulgente ciudad de Quito, de todo el mundo la ciudad donde cae el sol perpendicular, también hay lugares oscuros, de energía muerta. Me tocó vivir en uno, tal vez por el hecho que esta cerca de una quebrada rellena, tal vez por la construcción de la casa o por eventos nefastos que ocurrieron en el pasado, este sitio, en la calle Montufar, entre Espejo y Junin. Tiene una historia extraña. Mi madre tubo la oportunidad de administrar el antiguo hostal RUMIÑAHUI. Desde la calle Montufar se observa una casa de dos pisos, común para el paisaje del Centro Histórico, pero la casa se compone de dos edificios, el más moderno hasta atrás, cuatro pisos de habitaciones y al frente la edificación antigua, de cinco pisos de cuartos distribuidos alrededor de un patio cuadrado. Toda mi familia vivía en el piso más alto de la construcción antigua. También habitaba la casa durante el día una mujer mayor, que pasaba planchando todo el día, en realidad realizaba varias actividades

ÁNGEL PASIONAL (Poemario)

ÁNGEL PASIONAL (Poemario) I EL MAL Con sangre escribiré un poema con el llanto de mi corazón al mar derramare mi pena y en las estrellas mi ilusión. El viento contiende en la arena en agua evullece la pasión brillo espuma la luna llena y el cielo se rinde a Poseidón. Feroz guerra inicia Celena defienden los astros su posición las estrellas caen en cadena, la luz agoniza con tesón. Yo soy el mal, el que acecha yo soy el mal, el que condena yo soy aquel que nada espera, yo soy el mal, yo soy la pena. Yo, un día tuve un poema, tú lo arrancaste de mi ilusión, el papel mi maldad encarcela, y la pena mi corazón. II CONJURO DE LUNA Engaña a la luna su reflejo sorprende a su vista el portento vasija de agua ¡engaño del espejo¡ enamorada luna, ¡yo lo siento¡. Así desvalida, conjuro Sacrílego, así distraída, en mis manos tengo. ¡La luz mágica, del cielo negro¡ así amiga, con mis palabras contiendo: Co

(leyenda) MARÍA ANGULA

ADAPTACIÓN DE LA LEYENDA QUITEÑA Atardece en Quito, son las seis y el bus en el que viajo con mi abuela va repleto, todos van muy cansados especialmente los que no tienen un asiento, el ambiente se siente también cansado y huele mal. Al salir del túnel de San Juan , en la Av. Occidental, mi abuela señala un muro de piedra, sobre el cuál una antigua iglesia blanca se levanta, apunta con más énfasis su dedo y miro una cúpula redonda, al entrar al túnel de San Roque señala hacia otra construcción y puedo ver varias lapidas y cruces. En la oscuridad del túnel, su voz penetrante y melodiosa es lo único que se oye, ese es el cementerio del tejar explica; nadie hace bulla y empieza su relato: En una de las casas junto al cementerio; cuando mi abuela era joven; vivía una señora muy sufrida, muy triste, demasiado flaca y en sus ojos siempre había dos ojeras negras, grandes muy grandes, se llamaba María Angula. Dicen que era de fuera de Quito, de una familia de dinero, pero por casarse