No soy jitano ni aventurero, solo soy un longo sin ninguna magia, sin ningún ostento, ni daga, ni maldiciones, solo con penas. No somos jilguero de plenilunio primaveral que al compás de un riachuelo en levante de agua marina canta ocre con trasfondo cielo, canta a los ojos ambar del marmol eneldo. Somos pingullo viejo en garúa de cañaveral, olor de cañamo ajeno y ardiente, pasión a poros, a labios, en brazos, en vuelo forzado de piernas, hasta el sueño. No soy rorsal, tal ves la sarsa, la espina, la salsa de maní en tierra, el ají en la boca, el vacio del cofre, la boveda abierta, la cama fría que canta a la hoguera, los ojos negros, la piel morena que se incendia, la vida ardiente en leña. Solo soy un longo, y por longo; revelde, que en la quebrada te espero y a la montaña encomiendo, le susurro las palabras que para ti tengo. Amaru castelA.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS