Abro una ventana,
el aire corrompe la impoluta
sensibilidad que se deshace en la luz,
en cenizas.
Se levanta al aire tu olor,
el mio,
la peste del cementerio de nuestro sentimientos,
de nuestros recuerdos.
Miro en las sábanas navegar una parca
de voluptuosas piernas,
devora al tiempo
y el tiempo la seca.
Un brazo de mármol,
tuyo, blanquecino y rosa
brilla inerte,
se mueve inerte y su mínimo movimiento me reprocha.
Entre sangre languidecen las almohadas porque tu cabello despierta, tus ojos, tu boca.
? Donde murió el que conociste?
Quien te amaba. Que en medio de la niebla era tu héroe, tu protector.
? Donde princesa de barro enterraste la basija con mi alma?
el aire corrompe la impoluta
sensibilidad que se deshace en la luz,
en cenizas.
Se levanta al aire tu olor,
el mio,
la peste del cementerio de nuestro sentimientos,
de nuestros recuerdos.
Miro en las sábanas navegar una parca
de voluptuosas piernas,
devora al tiempo
y el tiempo la seca.
Un brazo de mármol,
tuyo, blanquecino y rosa
brilla inerte,
se mueve inerte y su mínimo movimiento me reprocha.
Entre sangre languidecen las almohadas porque tu cabello despierta, tus ojos, tu boca.
? Donde murió el que conociste?
Quien te amaba. Que en medio de la niebla era tu héroe, tu protector.
? Donde princesa de barro enterraste la basija con mi alma?
Amaru cautela.
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