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MUNANI MASHI RAFAEL

Del hueco insondable al silencio
tu voz ilumino el camino,
entre tus manos fraguaste el tiempo,
donde antes gritos, alaridos,
coraje y rebeldía.  

Nos cambiaste el destino.
Munani Mashi Rafael
la canción antigua
que se atora en la traquea
vuela nuevamente entre las montañas,
al mar acalambra la espina.

Por tus pasos de gigante
se ha levantado la tierra
a protegernos del amo
a iluminar nos el alma.

Munani, munani,
shuyani
y espero ser grande como tú
mi boca, llena de viento
! que no miente !
mis palabras de agua
!que no se detengan!
Tanto amor contienes
que desbordas la lluvia,
munani, munani Rafael,
esperamos de pie a que vuelvas.



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MALEVA

Iré llorando a la guaca con el luto en las manos iré como arcilla al río con mi corazón destrozado. Volveré a la turba añil volveré de verdes collados a ser el pájaro de abril que muere en cielos vedados. Seré tierra negra de páramo seré lucerna fría de invierno que al mar eterno reclamo tras la gris cortina del averno. Iré llorando a tus ojos una sola vez diré te amo y así nunca más llamaré tu nombre que se extravió.

Las montañas

Las Montañas.  Cuando muera no me iré, me quedaré en las montañas donde tu mirada me busque,  en el ladrar de los perros,  en la cangagua,  en los ojos puros y sonrisas sin maldad. Busca mi alma si me extrañas,  allá lejos en las montañas,  por los caminos de lodo y las gradas de quebradas,  en cachorros con frío y en los niños del cerro.  Con los Apus me voy a quedar,  a oír sus leyendas y escuchar su sabiduría,  oliendo los eucaliptos y las ortigas  que nunca pude diferenciar. Caminaré con él caminante, impulsaré su bastón de palo y suavizaré su paso. Acumularé las penas para bajarlas al río  y llegaré donde dormida talvez en mi sueñes, talvez me recuerdes y cuidaré tu sueño. Amaru castelA.

poema tu boca

Tu boca flor de nardo me orilla imperativo al deseo de morderla. De ingresar en tus ojos, recoger tus esferas, succionar tu pecado con dulzura de un poema, aferrarte a mis huesos, estremeserte las nalgas, abrir tu flor con mi bravata, ser un picaflor suspendido en tu falda. Tú boca redonda encarnada de rosas me orilla al abismo y me empuja a besarla. Me succiona a otro mundo, tibio mullido donde mi cuerpo no termina sino dentro del tuyo.