Abres tus ojos y lisonjas
en un graderio inmundo,
esperas tu turno, evitas caer,
los muertos flotan al final
en un torrente podrido que se eleva en alabansas.
Miras al cielo que se desploma
en lodasales de cuerpos
corruptos y lisonjas.
Te dejas caer, deslizas tus miedos,
empujas a otros ciegos
alterados por el poder pero resvalas.
Elevas los brazos y cantas
mientras tus piernas quebrantas, arrojas tus ojos y clavas una espina en tu corazón.
Te rodean las escamas, batracios, tentaculos te callan pero insistes en la afirmación. Lisonja, llanto y mentiras, elevas letanias que se hunden en el fango.
Al final te sientas desorientado y perturbado.
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