Como bajan a las tinieblas
por caminos adesentados,
conocidos de las piedras,
de las espinas, de los bardos;
paso a paso y con tristeza, con amargura, hacia sus amos;
van en silencio lamentando, con sus hombros agachados.
Como bajan el obrero con su niña, con sus manos, a oscuras, cabizbajo, con las brujas y sus canticos.
Como duele su presente, como duele su pasado, renunciaron a su derecho hoy sus calles son pasto, de las botas, de las llamas barricadas con sus cascos.
Ya no pueden detenerse solo hay una vuelta que han olvidado.
Quito inicia en agonía el regreso a su cadalso, la noche ya comienza, la noche de sus pecados; inocente víctima, por banqueros secuestrado, llanto indigno les alienta, llanto indigno marca el paso.
Amaru castelA.
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