Mi gato se va sí no escucha su blues, la gata es más soul. Vibra la armónica y chilla herido en el alma, retuerce la calma y renueva mi conexión,
hondulan y gravitan las viejas posturas,
pérdidas envolturas vuelven a gratinar
el chocolate, el manjar.
Del coco sale un espacio bajo la cama y se quiere suicidar, arrebatar la posición que felino peleará,
la radio se desgarra,
se deshace
en cuerdas metálicas
pero por fin algún familiar entrometido, profuso y dolido desconecta la luz de mi habitación.
El gato se va, volverá luego de tres días,
entre caricias y regaños,
la gata es más soul.
Inicia su tormenta, ronroneo y pimienta que vuelve todo a su lugar.
Enciendo a baterias la ópera inconclusa y ya no hay ningún problema, por tres días podré dejarme en paz.
Amaru castelA.
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