Ir al contenido principal
triste y deshilada
se filtra
la melodía funesta,
el viento arresia
va opacando la tarde,
las ramas gimen,
bailotean,
se deshace mi lápida
y se desmenusa la tierra.
el cofre,
frío y obtuso
se abre,
me recibe una
única idea,
!tú!
tú belleza,
tú aliento,
tú compañía
aunque la mía no quieras
y el mundo me lástima,
sólo salgo a buscarte
entre estos charcos
de raíces secas,
bajo este cielo amargo
de soledad entera,
me lástima la tierra
con sus hijos y sus temas.
Te encuentro
para que también
me lastimes
y me aborrezcas,
pero me quedó ahí
lejos y cerca,
a distancia eterna,
mirándote,
odiandote,
y odiando lo que soy,
cavilando cobarde
hasta que un fuego
me atreva,
sarpar con tu vida,
saciar mi pena...

Comentarios

Entradas populares de este blog

MALEVA

Iré llorando a la guaca con el luto en las manos iré como arcilla al río con mi corazón destrozado. Volveré a la turba añil volveré de verdes collados a ser el pájaro de abril que muere en cielos vedados. Seré tierra negra de páramo seré lucerna fría de invierno que al mar eterno reclamo tras la gris cortina del averno. Iré llorando a tus ojos una sola vez diré te amo y así nunca más llamaré tu nombre que se extravió.

Las montañas

Las Montañas.  Cuando muera no me iré, me quedaré en las montañas donde tu mirada me busque,  en el ladrar de los perros,  en la cangagua,  en los ojos puros y sonrisas sin maldad. Busca mi alma si me extrañas,  allá lejos en las montañas,  por los caminos de lodo y las gradas de quebradas,  en cachorros con frío y en los niños del cerro.  Con los Apus me voy a quedar,  a oír sus leyendas y escuchar su sabiduría,  oliendo los eucaliptos y las ortigas  que nunca pude diferenciar. Caminaré con él caminante, impulsaré su bastón de palo y suavizaré su paso. Acumularé las penas para bajarlas al río  y llegaré donde dormida talvez en mi sueñes, talvez me recuerdes y cuidaré tu sueño. Amaru castelA.

poema tu boca

Tu boca flor de nardo me orilla imperativo al deseo de morderla. De ingresar en tus ojos, recoger tus esferas, succionar tu pecado con dulzura de un poema, aferrarte a mis huesos, estremeserte las nalgas, abrir tu flor con mi bravata, ser un picaflor suspendido en tu falda. Tú boca redonda encarnada de rosas me orilla al abismo y me empuja a besarla. Me succiona a otro mundo, tibio mullido donde mi cuerpo no termina sino dentro del tuyo.