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De fieltros y percales este espacio maldito
de Ceniza atmósfera,
esta  ventisca germen atiborrado,
lido, rasposo, asfixiante.
Esta calle se llama "la vida".

Ven a mi vereda, cruza la cortina.
Deja que caiga esa pared estoica.
Sobre el agua cristal negro se multiplican las plantas, redondas.

Debajo yace tú cadáver, la niña de Guatemala con el resto del amor.
Ven acá lejos de la necrofagia
del placer sin poder,
del sexo sin placer,
del placer solo.

Cruzando la esquina, la acera de "Ascera" la esposa de dios,
se llena de los hijos de Lilith, la llaman abuela.
Ven a mi vereda cruza la cortina

Deja que caiga la noche omnivulada.
Más allá una vereda de oro sionista y U.S.A con su señor que juzga y despotrica. Mata sombis para quedarse con sus tierras.
Deja la amistad sin interés

el interés sin finalidad,

la hipócrita familiaridad.
Mas lejos, en la última calle. Una oscura casa de sonidos rotulan tes te llama...
Ven a mi vereda cruza la cortina

Dejame brillar en tú oscuridad.


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FEMINICIDIO

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MALEVA

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Las montañas

Las Montañas.  Cuando muera no me iré, me quedaré en las montañas donde tu mirada me busque,  en el ladrar de los perros,  en la cangagua,  en los ojos puros y sonrisas sin maldad. Busca mi alma si me extrañas,  allá lejos en las montañas,  por los caminos de lodo y las gradas de quebradas,  en cachorros con frío y en los niños del cerro.  Con los Apus me voy a quedar,  a oír sus leyendas y escuchar su sabiduría,  oliendo los eucaliptos y las ortigas  que nunca pude diferenciar. Caminaré con él caminante, impulsaré su bastón de palo y suavizaré su paso. Acumularé las penas para bajarlas al río  y llegaré donde dormida talvez en mi sueñes, talvez me recuerdes y cuidaré tu sueño. Amaru castelA.