Solo nos dejan la muerte,
el coraje, la vergüenza,
el honor como justificación máxima,
sólo les queda perderse.
Y se ha de matar, ya no hay salida
como en un sueño lejano de gente vacia,
de gente mentira y langosta
que destroza el mundo por su comodidad.
En lastimera obsesión su destrozo,
progreso a voz que de un pozo,
fosa común donde niños atentos escuchan anogenados
para luego oir la tierra, los gusanos, su suerte.
Solo nos queda resistir,
poner de un lado al alma y la felicidad
enmarcar nuestras caras con silicios y huesos y luchar, luchar por la vida.
Con el canto forestal de nuestra liberdad, en el silencio sepulcral de la noche ha de gritar.
Que primero se extinga el mundo antes que nuestra dignidad.
Amaru castelA.
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