Sábado de amanecer triste, mortaja frágil
de pesadumbre en gotas;
culpa y temor.
Miedo al lunes, su voz, presencia pulcra de manglar devastado, prepotencia turbia de ignorancia tirana entre la lluvia y agonía de la pobreza perpetúa.
La inmunda, la desobediente loca alma insana que se esconde reprobada y se empeña en el dolor. Ya solo con miedo perdió la aventura, desflorarse a sí misma, afligir a quien ama.
A la hora de la ventana, huir sin remedio y vaciar la confianza, pisar los anicos afilados del porvenir.
Amaru castelA.
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