Por que no lo pueden oír ciertos oídos,
lo diré a los muros,
a las paredes,
en la arena suelta de los placeres,
lo diré muy quedo a los temores, a las apariciones.
No lo puedo decir al viento,
lo escribiré con alfileres,
al Aguazul
entre el desierto y tu pelo,
al aguasangre del torrente
que se aleja.
Lo gritaré para que alivie
el dulce espasmo de la muerte,
escapará en un suspiro y tal vez pueda,
retomar el paso tan perdido,
recordar el mundo sin sentido
dónde no importaba nada y todo tiene un sitio.
Gritaré tu nombre para recordarlo,
recordaré un grito con tu signo
y seré como ayer un simple enigma
sin ninguna respuesta ni motivo.
Lo que no pueden oír ciertos oídos,
lo olvidaré para no volverlo a oír,
seré como querías en tu laberinto,
callaré el oleaje del murmullo.
Lo dejaré en los muros,
en el asfalto,
en el árbol antiguo,
en el canto oculto de un pájaro del jardín perdido.
Para esperar que ahí algún día
me encuentres
hablándote siempre de los mismo.
Amaru castelA.
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