A Jorge GLASS.
Allá lejos
la voz no alcanza,
allá lejos
aprisionada razón,
a la sombra de los buitres
la verdad enmudeció.
Yo lo vi el último día
desde el balcón en destrucción
y sentí el coraje del poncho,
del sombrero de paja
y del azadón,
la plaza grande se cubría
con cenizas de la traición.
Yo sentí su dignidad
reconfortarme,
sentí recorrer su coraje
por las calles,
sus propios compañeros
lo vendieron,
sus enemigos disfrazados
detuvieron nuestro sol.
Cubrió la noche magra
con tinieblas,
de esas de bóveda negra
en sótano de ricachón,
pero su dignidad nos enseña
que una sola luz enciende un cielo
y que con una estrella se inicia un nuevo sol.
Y el firmamento apareció, se lleno de luces, caminando con un nuevo resplandor,
Ecuador tiene memoria y los barrotes
no aprisionan nunca
tú corazón.
Fuerza amigo, compañero.
Amaru castelA.
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