Duele la vida y la tarde enciende,
entiende, arroja, desprende.
Llueve, llora, desgarra,
detiene movimiento y vuelo de aves arrastra.
Tierra mojada y eco de tu voz, tempestad desde toda
s partes, desde el interior,
dolor ardiente y mojado
atraviesa el corazón,
la sombra de un corazón.
Sigo afuera, lejos, aunque me siente adentro, junto a los otros, sigo en el patio sin techo,
donde, los colores se pierden como arena gris entre los miedos.
Tarde para el sol, pronto para la luna.
Desde lejos el rumor y espuma de la vida me confirman que sigo solo, que siempre lo estoy, tristeza cotidiana y familiar que es lo único que conozco y me hace sentir los leños aquel hogar que alguna vez soñé.
Es una hora violeta, cada tarde oscura, dónde parece el alma despertar y el sentido cobra razón.
Tardes negras entre mundos bestiales y transparentes, mentiras que flotan y envenenan el resto del día,
tardes negras, más tiernas que la oculta noche, dónde algún día llegaré y se que estarás.
Amaru castelA.
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