Nunca dije tu nombre en el espacio trémulo,
entre mi aliento y tú sonido,
nunca te hable de la profecía,
en el liviano vacío entre mi boca y tú oído.
Nunca entraré en tus labios con la angustia noche del frío de mi poesía.
En el rebeco angosto del dolor de antiguo día,
dilucidó mi alma el calor de la melancolía,
como hisopo alivio la luz en el camino,
me dijo wicca tu nombre como la esperanza
más temprana,
confundí los tiempos,
el dolor y la agonía,
trasmute personas y perdí la confianza,
solo la voluntad sobrevivía,
y hoy pierdo mi última oportunidad.
Nunca sonará en mi boca tu nombre con ilusión y tras la arena inmóvil y tras la tierra muda,
en el silencio eterno,
musitara el recuerdo,
alguna vez de este anhelo.
Se perderá en el tiempo la historia de lo que nunca fue y en la imaginación de algún perdido, alguna vez, se enraizará el poema de amor que nació muerto, creció enfermo y murió sin ser.
Amaru castelA.
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