Una inmensa montaña,
Un nevado de seda
Un Témpano blanco
De Azul cubierta.
De cristal un lago
De bosque la ladera,
Cipreses verdes y altos
Cafés como la tierra.
Imponente pared de barro
Barrera sobre la arena
En lo más alto del acantilado
Una piedra,
Un monolito,
Una estatua negra.
Una gárgola inmuta,
Indolente
Sin promesa
Las alas apagadas,
Mirada sempiterna
Fija melancólica el mover de la marea
Las olas, hondas
Las aguas espejuelas.
La lluvia pasa, el viento golpea
Transcurre la luna,
El sol,
Otra era
Hasta que una tarde
Llena de estrellas
Al incendiarse la frontera
Un rayo lo asesta.
Como tierra de desierto
Dura seca,
Se quiebra
¡Del interior la luz ciega!
Es de un ángel la silueta.
Una lagrima al lago
La profundidad centellea
Es un ángel en espera,
De mirar el lago no deja,
Busca su hada que en el agua
Su escondite fue condena.
Llora y canta
Y estremece
El alma de la tierra
Su amor prohibido
No aparece…
Esperará otra era.
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