Dulce veneno para ingerir en sociedad,
amargo fuego de labios fríos
en la encerada sala de la música.
!se ama una sola vez!
!con todo!
!con toda la sangre!, !con la muerte!
Ya intoxicado desciendo a las dunas,
un levante de polvo líquido
marca blanco el sendero,
de tu huida,
de mi desgracia;
desciendo en él y no te encuentro.
Depósito menesteroso de huesos enropados,
antes elegantes,
antes decentes y pulcros
que desgriman al viento toda su soez hombría,
todo su poder liviano y perdido.
y sólo escuchó tus pasos
!tu huida!
?cómo proponer una máxima?
?cómo practicar una sensatez?
?cómo eregir el amor y tu felicidad?
si nada de eso importa
importa mi inminencia
mi único urgencia de posesión.
Amaru castelA.
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