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LO QUE PIENSAN LOS DEMÁS. 
Estas palabras son reales, son mis sentimientos y mi pensar.
Haciendo un análisis de las etapas de mi vida, de los saltos abruptos de una a otra, del evidente extremismo ejecutado ignominiosamente.
Diré que existe un tipo de energía, un sentimiento que desprenden las personas y el cual alimenta mi proceder, nunca he podido controlarme frente a dicha fuerza, más bien me atrapa el sin rumbo como pluma en la corriente, sumergiendome y empujando hacia aquel trayecto sin destino.
El que dirán los demás.
 Es que, de verdad no sé cuántos lo entiendan o hayan experimentado, pero cuando la vieja chismosa de tu calle se retuerce y pudre por dentro viendo que su estupor y condena te hacen feliz, de ella se desprende este valioso perfume, este potente combustible que alimenta la vida. Familiares, amigo, padres, cónyuges, maestros, hombres y mujeres dignos. Todos son el lecho degenerativo que provoca este gas más potente que el metano.
También provoca o desata violencia como dinamis de su esencia, aún creo poder romperle la boca a golpes a cualquiera que se ponga al frente, práctica descuidada por el uso excesivo de la palabra, pero esa explosión de partículas que deforma el caos, que renueva lo acentuado. Es la que me llevó a ser rockero, evangelista, comunista, brujo, existencialista, lector, a odiar el fútbol, y demás. El hecho de saber que cada paso produciría tirria en los observadores es lo que movió mi mundo. 
Alguien me dijo que eso es la maldad, creo que no, una exageración. La negación de la negación es afirmación. Y según la lógica formal sí la maldad se produce en el sentir del criticon con mi maldad se renueva la bondad, claro que sensorialmente el sujeto inicial recibe el mensaje incorrecto. 
Recuerden que nada es tan sagrado como para no pisarlo y pasar por encima para seguir aprendiendo, 
dioses, sentimientos, familiares, amores, literatura, arte, ciencia, verdad, mentira. 
Amaru castela. 

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