Era solo melancolía
disfrazada de oscuridad aquella tristeza enferma
con vapores de lamentación.
La estética de ostra,
los miles de ojos,
millar de bocas;
ella, todas ellas,
enrollada en mis sienes pretendiendo indiferencia.
Bella _ encantadora
de espinas voluptuosas
y palabras de sangre,
no importa sí te vas
o te acercas;
la amargura si era mía
cuál lluvia de primavera; como sol de lápidas,
todo perdió importancia
tras la pena que por ti siento,
que encendió mi esencia.
Delirio de supervivencia,
negar las alas en la caída
eterna,
martirio que endulza la tortura
y suaviza el sino,
cruel embuste
que calma el dolor
a la luz de tú ausencia.
Comentarios