Vas por ahí cavilando,
vas con rumbo fijo e inapelable,
te conformas con una sombra pueril de regocijo
mientras justificas
de todas formas tú cobardía.
El miedo es una sonrisa
maquillada de gentileza
y la servidumbre es una lógica
embadurnada de razón.
Donde acallaste el rugido?
Donde olvidaste el corazón?
Allá bajo piedras,
entre ruinas,
pensamientos,
identidad,
tiemblan, sollozan,
se esconden temerosos de ti.
Pero sigues, mirada arriba, puño cerrado, deleitado en la basura
con la que designaron tú vida.
Encerrado con la libertad que margina de tus deseos y tú tiempo,
empecinado en acumular lo que no necesitas y nunca poseerás.
Encerrado en una ilusión de cristal
que de cuando en cuando giran
para que la lluvia de escarcha
te haga llorar.
Encerrado en tú libertad,
encerrado en tú libertad.
Amaru castelA.
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