Incendias mi corazón
con fuego de tu boca,
con jarabes que deslizas
por los bordes de tus labios,
aliento que consume
los montes del pubis,
senos en erupción
lluvias y deseos.
En la isla Trinidad
con tu cuerpo a la mitad
mi sueño una realidad,
la muerte un instante
desgarrador,
sublime,
grito incontrolable.
En la botella de agave
se intoxica una culebra
con el alma entre tus piernas
y las manos al pezón,
se desgarra mi corazón
con aullidos y gemidos,
se destroza la guitarra
convertida en tambor.
Y se mezcla la pasión
con pastillas de muertes
momentos de inmortalidad,
un ángel a ciernes
para cabalgar el universo.
Y se acaba el agave,
la luz de tus mariposas,
se encienden,
se acurruca en la miel
del sentimiento mas sublime,
al que desde hoy
buscaré poseer.
Amaru castelA.
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