De pronto un día ya no vinieron las moscas,
depronto seso el palabreo misterioso,
se oscurecio la tarde de enredadera,
súbito abandono del olor dulzón.
El bosque tenobroso perdió, el aleteo,
el trino vago que anunciaba la monotonía;
la tierra dormida inicio su movimiento,
el abrazo irremediable, desmenuzador,
al tiempo que me besaba, me cubría,
tan afable,
tanta lujuria.
imposible escape,
hasta que me arrojo.
Dormidos en una vacija todos sueñan,
protegidos en un sarcofago otros se pudren,
yo maldito, vivo irreconocible, del ser
que fui, en otra época, que ya murió sin ningúna honrra, sin ninguna justificación.
Como tierra de aspavientos regresa negra mi vida a lo que nunca fue.
Amaru castelA.
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