No tengo boca pero si hambre, sin ojos siento sueño, no piel y si frío, y miedo cuando duermo sin mis gatos. La luna me persigue, nunca amanece cuando me quedó quieto empiezo a flotar sin retorno sobre el agua eterna fría, negra, sin movimiento. Al lograr la orilla, ciénaga de juncos cigarrillos en cenizas, mis pasos encharcados se pegan con sangre, sin dar con el camino, nauseabundo fétido, sólo al cansancio aparece un laberinto luego el bosque, término del desierto, hasta que caigo de un risco hasta que despierto. Pero es otro sueño veo muertos a los que reto: -hea, ustedes están muertos no comen, ni beben, ya no son del tiempo, apartasen y desaparezcan yo silbo, siento, existo y se desintegran. Luego mientras creó que despierto viene un diablo hinchado, enojado golpea mi ventana se mete indignado mira me menosprecia ríe mientras despierto y sigue su risa en la boca de mi gato...