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cuando niño quería que la absoluta oscuridad me cubriese, para que las sombras no me miraran. luego  adolescente, buscaba el frío que me llenará, para no ser como los demás. de adulto aprendí ha llevarlos dentro, la oscuridad y el frío. ya soy viejo y se que nunca me los podré despegar. Amaru castelA.
Aún la sangre esta en flor sobre la tierra, no puedo superar la pestilencia que fluye en mis venas. El mestizaje violento que viola mi peregrinar, los olores de cada color, el arco iris fantasma de negros y grises. Sofocado por un inmaculado y pútrido blanco, el bronce infecto, viciado fluye, el cobre corrompido de nobleza insepulta, se  aconciencia de impura, sobajada, sobornada  pereza. Se autoengaña la comodidad, mísera e inmunda, no puedo dejar pasar la vida, no puedo dejar atrás la muerte, las haré lodo, barro en mis manos para asentar mi morada, mi camino. Amaru castelA.
Llueve la espera en un cristal turbio la rutina sin preludio ni porvenir, tarde que se alarga sin  motivo ni provecho, acaba el tiempo. Deteriora la vida en un hueco escuchando las risas de fuera la lluvia que danza y excita lenguas, manos, piernas. Con un sol encendido en cera resbaló un trago de frío, atormenta tanto su delirio que asesino al tiempo, ya sin pena. Amaru castelA.
A riesgo de quedar expuesto, debo desescombrar mis prejuicios e intolerancias. sufro una fulminante y terrible afección que me degenera y se activa al escuchar regeton, bachatas, ballenatos, rap, regge, hiphop y ese tipo de ritmos y géneros musicales.  Juzgemen y acato la condena, pero es un dictamen superior a mi humanidad, que ya no depende de mi y es parte de mi identidad. Pero lo que verdaderamente no soporto, ni soportan mis viseras es el fútbol y todo su consumo industrial. Amaru castelA.
ella corrió a sus brazos, en medio de tanta distancia, miedo, lágrimas; lo abrazó. Al instante sintió que ya todo había terminado. *Amaru castelA*
Encontré algo que define en mi la bestia, un odio ancestral que inflama mi vil ira aquel que piensa que por viejo y por algún derecho de suyo, de acumulación o experiencia, se merece mi respeto ser misógino, chovinista, grosero y vulgo, vulgar impertinente y ridículo que opina a gritos  su ignorancia y mediocridad, como un puño de un débil mamarracho, víctima engreída que camina victimando, no lo trago me asfixia su toxicidad, su mal gusto por la vida su vida simple y frustrada. Amaru castelA.

Ángeles animales

Gritos destemplados que marcan los tiempos de un vals, registros armónicos que desgarran el anochecer. La última luz del día, rayos azules, luego violetas, sobre las aplanadas piedras del jardín. Ursula es feliz, este crepúsculo es tan perfecto, es todo por lo que ella vivió, decididamente deja de respirar, muere. En el final perfecto de este cuadro oscuro. Tan sólo cerro los ojos, leve parpadeo; al abrirlos encontró un mundo de colores, diluyéndose, como agua, como fuego, como pintura que se riega, que salta. Ve acercarse a varios seres y en el centro a Dios. Acaricia la cabeza de Ursula con profunda pena, la lleva sobre algo cremoso en lo que él flota. En un gran agujero en forma de cono invertido, miles de animales miran hacia el centro, al vértice. Aquí todo está gris, como sí hubiesen sido bañados en ceniza. Y Dios a cada instante se transforma, cabeza de toro, al momento de ratón, otra hora de gusano; así va cambiando cada parte de su cuerpo sin ninguna relación ni orden.
Blanco hueso, humo rojo laberinto transparente culpa y placer, embadurnó mi cuerpo en tu cruz. Con ojos que no miro me apuntan los cucuruchos bastardos, del señor poder, cofradía de lagartos de murmullo llano. ! hipócrita Hermandad ! Claro oscuro y  florece sangre espinas falanges atraviesan mis uñas y aún más acarició tu cráneo, tintura matiz. Reflejos, fractales, rayo calculado gelatina con helado de tu piel, truenan tus costillas, el rigor de tu viga en el abrazo de mi amor. Apaga la luz el cantar de las belas mordiendo tu lengua esquiva a la fuerza. Redoblan las tablas, levantan las momias adoración lasciva y escapó apenas en reserva. Evacua extrema la brutalidad, ya débil, tu venganza eterna.... miseria y más miseria. Amaru castelA.
es hora de dejar el lápiz                       la hoja en blanco el rincón cálido            sabor de vino y olor a cigarro, la sangre espesa y la muerte frágil,           dejar el libro abierto y salir de este osario. salir y oír la voz colectiva la gente,                  silente,       apaleada maltrecha             por los llantos, buscar la mirada de sangre             que sangra al sufrimiento, sin heridas,          gritar en el silencio de las        multitudes, hablar con otros fantasmas que se agachan, se esconden, callan les urge a explotar. Amaru castelA.
dos miradas, varias palabras gentiles, aroma negro de liso pelo, se desborda la imaginación... de pronto tu delicada espalda, mis manos ascienden al cuello dulce terso suave indefenso, descubro dos cintas que se desatan la contacto, mi boca se deforma el labio inferior recorre un torrente, una zanja en tu piel me desborda la urgencia el hedor candente que sube con entrañas y dientes que rozan tus suspiros, el amor demanda todo tiempo y satisfacción aunque sólo dure un mundo o una ocasión.
dos miradas, varias palabras gentiles, aroma negro de liso pelo, se desborda la imaginación... de pronto tu delicada espalda, mis manos ascienden al cuello dulce terso suave indefenso, descubro dos cintas que se desatan la contacto, mi boca se deforma el labio inferior recorre un torrente, una zanja en tu piel me desborda la urgencia el hedor candente que sube con entrañas y dientes que rozan tus suspiros, el amor demanda todo tiempo y satisfacción aunque sólo dure un mundo o una ocasión.