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En una banca del Itchimbia... Exumando mi cuerpo de la maldición. El sembrador no se formó, de vuelta al guerrero (AWKA) y al brujo (YACHAY). En noviembre 10 años de una senda perdida. Amaru castelA.
INTANGIBLE Quede absorto. Sus rasgos fueron tan insisivos y punzantes, tan familiares como las montañas rituales de mi amanecer. Tus mejillas como el redondo Yavirak. En el naufragio de ensueño y éxtasis tu boca única, roja, redonda, mortal. Me dijo tú nombre: " Tamia", como la madre de Yaku? Wayra siempre tras de ti, con sus músicas y lisonjas. Pero eres esposa del Inti. Sol. Me mirabas con dos noches en tus profundos agujeros. No sonreiste ni fui un fastidio, solo mirabas. El tiempo fue inmenso, aun sigo este momento. No diste ni una sola palabra mas, Tamia y en esta lluvia que me diluye, que me desgarra, que me ama, que tanto espero. Recuerdo tu dulce persona intangible. Amaru castelA.
He regresado... De vuelta al flujo iridisente, la imagen sobre el condumio, las plumas negras y afiladas, no importa que casi no cubran la carne magra, sobre la elocuencia. Vuelvo a las calles encolerizadas de suela rota y saludo hipócrita, de sonrisa chueca. V uelve a encenderme la energia demente de no aceptar mis actos ni  responsabilidades. Otra vez oleaje,  pasos en falso, lugubres miradas, senoides brazos, selva seca. Conservo de ti un punzante pedazo de fracaso olor a lluvia . La d istinción melosa de complejos esperandome cada tarde en cada parada. Y sobre todo la insertidumbre del último golpe. Pero he vuelto y los pasos marcan un giro imperseptible pero definitivo. Podrás aferrarte a un grito, podrán aludir a la escena periódica que me define, pero he vuelto y soy otro. He regresado y sin embargo nadie me conoce, mis pies géneran un nuevo asfalto, un nuevo aire, una nueva luz. Nadie me conoce y se confian del pasado. Amaru castelA.
Ortiga Negra Nunca conforme yo, aunque mancille las estrellas apague las lucernas y bese la tierra. Yo, con el dolor frente a frente inevitable solución día del horror oscuro y silente, angustiada expiación. Delirantes ansias pirañas intoxicantes, besar una espina y fingir que la sangre no es mía. Tú, un abismo envolvente atrancada ensina lienzo razgado con aguja geringas vertientes de tálamos humeantes, al solear transparentes, al llorar torrenciales. Azucena ardiente mojada paso a paso, ortiga negra laceral, anuncio ingente de mi muerte cerebral. Rosa negra oxipital pausa dramática ineludible, mi lengua aún en tus dientes naufragio de un mar genital. La noche siguió, pisoteando mis sueños los cristales fueron sacrificados en ritos y juramentos. Un sol cobarde y enfermo apareció manchado y sucio. Despreciable en mi contradicción, contrapuesto a mi sombra en la vieja calle. Amaru castelA.
Estoy cansado de buscar lo q no existe, cansado de odiar al sujeto en el espejo, tan extraño y desconocido desde siempre, la pena sustituyó la angustia, el miedo que ejercia sobre mi. Etoy fastidiado de todos los que le rodean, todo lo que él es me apesta y no soporto con vida su voz. Rancia mantequilla cubre la espesa fetidez de su orgullosa dignidad. De su arrogancia débil y ridícula, sus gestos me revuelven las viseras y su sola presencia interna me enferma. Por eso miro fuera, horizontes digitales de dimensiones imaginarias. Uso las voces de pajaros en eras desoladas y ato mis manos y piernas con voraces mariposas de los lagos yertos en coordilleras borradas. Como arrancar el ente a quien reclama la vida y por quien tantos preguntan? Como borrarlo, decirles a todos que en un arrebato cambió, consumido en la demensia, paralizado por la incompetencia, absorto eterno en su penitencia. Como desacerme de él? Estoy tan cansado de aguantarme, tan hastiado de este mundo mío,
¿Qué aprovecha? Ser un niño sin inocencia, un amante que no ama, una luz que no abriga. ¿De qué sirve la inteligencia que no escapa, que no cambia, que no trastoca? ¿De qué habla alguien que te quiere, pero daña, la experiencia que condena, el poder que sobaja? De qué sirve vivir sin esperanza. La misma muerte, cuando llegue ¿qué tranquilidad dará a mi alma… O, será, otra condena de este hastío que no acaba? Autor: Amaru castelA. Editado: David Acosta.
La belleza de Adali, perpetuo silencio,  inclemente secreto que marchita los cuerpos. La tristeza de quien te besa, la neurosis que tus dedos posa. Quien tubiera tu cariño sin desflorar la rosa? La belleza da la muerte, la angustia de los días, de las tardes frías de soledad extrema. Caen las hojas,  callan las ideas, el árbol se seca en el estio y ya nadie te mira bella. Aún tu dulzura enciende el fuego enterneciendo el lecho de sabanas parcas, la sin-razón, el deseo se enciende y te beso, recorro tus surcos, tus plantas, tus raices, tus palmas, la inmennsa circunferencia de caderas y senos escarcha. Aún tu boca encarna, desquicia, arrebata. Muerde, desgara a ritmo vehemencia. Todo tu ser es tumulto contra la montaña, se opone al rio, aplasta, se levanta, espasma, destrozan la muralla tus piernas al viento, aves rapiña sobre un cadaver en llamas. Que hermosa eres Adali, tus huesos escarlata, tus agujeros profundos que miran mi alma. Que hermosa muerte intima, en tus bra
Mentiría el sol y aún el día será color, mentirá dios y aún el hombre lo tolerará , nos mentirá la madre y una lágrima nos consolaría. Porque miente el mentiroso, criminal, traidor. Por odio todos lo remilgan con lisonjas de pus. Nos mientes presidente lenin moreno  desde el estrado impúdico, desde tú barato costo y poco honor. El primer magistrado, el comandante en jefe. Un traidor. El ejemplo para los niños. Cínico mercachifle, mercenario del dolor, del pobre, del pueblo, del pobre pueblo que con sangre sepultó los monstruos que por tradición, por costumbre nos aniquilaban. La mentira o la traición? Cuál será tú signo con el que pronuncien tú nombre, mientras en tierra los gusanos que hoy te adulan te desgarren. Cuál es el precio que mancillará todas las generaciones que te niegen. Nunca te interesó gobernar, ya te pagaron los banqueros, los malvados, los corruptos. Y muere mi país, muere el futuro, muere la fe. Pero recuerden que todos nosotros sabemos r
No era lo que tú querias. Lo que todos esperaban. Desgaje mis ángulos y retorsi sus curvas en el asco que cultive por la sociedad, por las gentes. Y todos lo saben, pero se ocultan. La realidad que los perturva no es mas que una acuarela que gotea de un edema, de un tal precursor. No era lo que querias pero te gustaba mi trastorno, el no pertenecer a los que te lastiman. Pero querias, al final la estabilidad que niega la manada al desertor. Pintabas mis sentimientos y adornabas mi criterio hasta que pude hablar contigo ahora, ahora que no estas, que no escuchas. Ahora que dios no oye. Ahora que todos hablan. Puedo hablar hoy bajo todo el maquillaje, parafernalia que me expulsa y reclama mi nombre. Y salgo de ti, de mi, sin saber quien soy. Solo que tú no eras, lo que yo quería. Amaru castelA.
¿Qué aprovecha? Ser un niño sin inocencia, un amante que no ama, una luz que no abriga. ¿De qué sirve la inteligencia que no escapa, que no cambia, que no trastoca? ¿De qué habla alguien que te quiere, pero daña, la experiencia que condena, el poder que sobaja? De qué sirve vivir sin esperanza. La misma muerte, cuando llegue ¿qué tranquilidad dará a mi alma… O, será, otra condena de este hastío que no acaba? Autor: Amaru castelA. Editado: David Acosta.

video poesia 2018

como una nuez

Esencia

Ortiga Negra

Nunca conforme yo, aunque mancille las estrellas apague las lucernas y bese la tierra. Yo, con el dolor frente a frente inevitable solución día del horror oscuro y silente, angustiada expiación. Delirantes ansias pirañas intoxican tes, besar una espina y fingir que la sangre no es mía. Tú, un abismo envolvente atrancada encina lienzo rasgado con aguja jeringas vertientes de tálamos humeantes, al solear transparentes, al llorar torrenciales. Azucena ardiente mojada paso a paso, ortiga negra laceral, anuncio ingente de mi muerte cerebral. Rosa negra occipital pausa dramática ineludible, mi lengua aún en tus dientes naufragio de un mar genital. La noche siguió, pisoteando mis sueños los cristales fueron sacrificados en ritos y juramentos. Un sol cobarde y enfermo apareció manchado y sucio. Despreciable en mi contradicción, contrapuesto a mi sombra en la vieja calle.
Estoy cansado de buscar lo que no existe, cansado de odiar al sujeto en el espejo, tan extraño y desconocido desde siempre, la pena sustituyó la angustia, el mied o que ejercía sobre mi. Estoy fastidiado de todos los que le rodean, todo lo que él es me apesta y no soporto con vida su voz. Rancia mantequilla cubre la espesa fetidez de su orgullosa dignidad. De su arrogancia débil y ridícula, sus gestos me revuelven las viseras y su sola presencia interna me enferma. Por eso miro fuera, horizontes digitales de dimensiones imaginarias. Uso las voces de pájaros en eras desoladas y ato mis manos y piernas con voraces mariposas de los lagos distorsionados en cordilleras vibrantes. Como arrancar el ente a quien reclama la vida y por quien tantos preguntan? Como borrarlo, decirles a todos que en un arrebato cambió, consumido en la demencia, paralizado por la incompetencia, absorto eterno en su penitencia. Como deshacerme de él? Estoy tan cansado de aguantarme, tan hastiado de este mundo mío, d
Al reloj crucificado se le acabó la cuerda en la pared, solo e inservible. El amor perdió su sabor a melaza a esperanza a vida. La luna se volvió parca en la cuajada laguna del porvenir y en mi casa los pasos son al revés. La música perdió los trinos los gritos las guitarras, la voz. En las calles tontamente me muevo me pierdo en la rutina, en papeles viejos en imágenes retorcidas, desde que se murió el amor, el amor de celosía el amor de infortunio. El efecto mancebo de la ilusión profusa, el matiz pastel de vibrantes hondonadas, la evocación del génesis llego a su fin con vorágine torrente que al camino desgasta y todo lo envejece. Pero lo peor es que el amor desapareció.

LA MARIPOSA

La mariposa transeúnte creyó en la cigarra mustia, por opaca la vio interesante. No pudo arrepentirse cuando quemada quedó gris, transparente. Aun matiza la arena, oculta de las flores, en silencio vuela cuando hay tempestad.  Y llora la tontería de no saber quien fue.
De pronto  no supe, porqué? Todas las publicaciones eran tuyas, toda la calle se lleno de flores, jolgorios multicolores y capulís dulces, resolana persistencia c uarteó mi rigidez, invadía mis setos en acuífera prolongación, muy pronto todo el edificio trinaba cadente, obnubilado, vibrante. El rincón apagado se incendió. Porqué? Todo se lleva en vendaval estructurado, conniciente, estilizado. Todo se ve a través de tu deimon, ya hablo cantando tus palabras, rio con la ironía de tu voz, me muevo como tú.  Todo dirigido como en tu muro, todo tan lleno de luz que mis dedos marchitados empiezan a enraizar, mis miedos profundos se disuelven en un flan de chocolate blanco. Tome la carnada y estoy destripado, sazonado con tu sazón, listo para el plato. Me quedará la esperanza del arquitecto pardo, hallar un hueso en tu sanitario y reconstruir de nuevo mi imaginación. Halla, algún día de mi pasado.  O mejor que alguien reporte tu red. Malla maligna de la sociedad virtual, y me libere.
Donde tuvo más pureza qué, en la boca párvula afligida de deseo, qué en los pechos duros irrigados, descubiertos, en el primer espasmo desgarrado ...
De pronto un día ya no vinieron las moscas, de pronto seso el palabreo misterioso, se oscureció la tarde de enredadera, súbito abandono del olor dulzón. El bosque tenebroso perdió el aleteo, el trino vago que anunciaba la monotonía, l a tierra dormida inicio su movimiento, el abrazo irremediable, desmenuzador, al tiempo que me besaba, me cubría, tan afable, tanta lujuria. imposible escape, hasta que me arrojo. Dormidos en una vasija todos sueñan, protegidos en un sarcófago otros se pudren, yo maldito vivo irreconocible , del ser, que fui en otra época, que ya murió sin ningúna honrra, sin ninguna justificación. Como tierra de aspavientos regresa negra mi vida a lo que nunca fue.
A una ex-esposa... No importa, que aun no sea tarde, ni la ausencia, de tu caduca inmortalidad, culpa mía cociente, fue perderte, destruir con mis manos lo que ame. No fue tu falta de disciplina ni organización, ni la confusa severidad de la moral vetusta, el sopor rutinario de la maleva vida, la honrada estupidez del cliché vulgar. No fueron los pocos años sobre tí, ni lívida razón estética, ni agotada imaginación carnal, destruí tu ensueño  sabiéndolo  al enamorarme de otro mirar. Luego de otra, y otra, alguna vez me enamore de verdad. Lo sigo haciendo. Cambió mi interés, mis sueños. El aire agobiante de la responsabilidad. Mi hastiada identidad de insignificante ser,  agobiado por mi propio ser. No solo te deje a ti. Todavía huyo de ese mal. Verás que sigue mi tórrida amistad cuando te miro. Ya no te quiero ni por momentos soporto un recuerdo. Pero debes saberlo, por allí, muy dentro de donde me movía, que en reali
Me entregué al arroz como aspavientos por pensar que es mejor una grieta fresca, cálida, con provisión. Que arrastrarme por el áspero muro desolado y de inconmensurable fastidio. Me entregaré al afrecho del suelo, desecho de la pocilga antes que a la dolorosa mirada de mi propia opinión. Todos se arrastran. Los que dicen mejor vida se arrastran. Los que se muestran dignos se arrastran más, los del orgullo pintado con sangre en la frente fueron arrastrados  inclemente mente. Los que se dicen opuestos y libres, revedles, inmisericorde mente todos se arrastran. No queda, como verás, grieta de donde sujetarse por eso lo siguiente es lanzare al vació con un grito heroico y esperar la vejez para disimular una vida moderada de esfuerzos y satisfacciones aunque haya sido un canalla.
EL MITO DEL INKARRÍ Por: Amaru castelA No ingresaré en el oleaje que representa el trato de un Mito y mucho menos él de uno fundacional como es el del InKarrí. Existe suficiente literatura para que el lector curioso satisfaga su deseo. Diremos simplemente que frente a un campo lirio lleno de ruinas y tumbas es más hermoso y productivo dejar que la imaginación nos llene de terror y emoción, de esperanza, de fe. Las sombras, los gritos, los temblores, las apariciones son el producto de creer que en ese desolado lugar hay otra existencia que cubierta por mitos enriquece la realidad. Así, el mito del inkarrí representó y representa en el imaginativo, en la concepción   cosmogónica del habitante de los Andes. Una esperanza, el impulso vibrante en el centro de nuestro auto conceptualización, de nuestra autoestima. Dice la historia que el Inkarrí se mescla y confunde en los vientos ásperos del tiempo ondulante, entre dos muertes, entre dos gobernantes. Atahualpa (muerto por garrot