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Hay una voz al leer, no la humana de leer en voz alta, es la voz con la que se habla en los sueños. Quienes no leen nunca hablarán en ellos.

poem034

Mi corazón no se inmuta con tú dolor ,  se precipita sobre las paredes de esta calle ridícula. Ya no se vuelve al oír tú voz, aprecia más el silencio, el sol lejano que no incendie tú ira, ni la extinga con lágrimas. Abrir tu boca, serrar tus piernas, todo es costumbre. Contigo me acostumbre a comer solo, a soñar callado, a oír la voz sin personas.

poem035

Quién eres? preguntas. Y yo comprendo de pronto, pensé que era yo, pero es mi cadáver el que me arrastra por sus apetitos y complejos. Quien eres? insistes. Yo, carne magra sin sensibilidad ni dulzura, nunca podría saberlo. Yo no sé quien soy, lo sabes tú, tú que me miras, que conversas, que me escuchas. Que soportas mi ego y te imaginas mis sueños.

poem036

Salen corriendo de sus casas. Empiezan a flotar sin gravedad, miles y miles pueblan el viento, se elevan, revientan. Una inmensa mancha de sangre inunda el cielo, este es su infierno ?o su cielo? una gran felicidad los invade al momento de explotar. Abajo los miran los incrédulos, deshaciéndose en cenizas, !este es el infierno! mareas de fuego recorren el terreno incinerando la creación. Los escuchan los temerosos, los herejes y anatemas, escondidos bajo tierra, escuchando los pasos de aquel dios, esperando que se vaya y se olvide de sus pecados. Que no vuelva a este planeta.

poem037

Cómo entenderte?, cómo saber que hago aquí?, en la calle Val paraíso todo se me va al infierno. Me cuesta el primer paso, huir de tu risa loca, de las manos exactas que te exitan. Trato de regresar a recoger mi dignidad. la vida que se hunde en la vereda. Y no puedo. Un cigarro llora en la tienda y mi rostro se desvanese . Los vecinos estupefactos me empujan. Todo es diferente, esta ya no es mi tola, la de tola mi vida.

poem038

He quedado             libre del universo ya mi vida             no navega en el tiempo, pasa todo y el pasado pesa, un cadáver de vergüenza y frustración. Ya puedo            percibir tu carne dulce y caliente tu              espumosa sangre, la vibrante vida en             tus partes, el movimiento que transforma el dolor. Ya soy uno          de esos  hombres de  la luna,     que navega         en los vientos, sobre el mal       en los cielos de  tu cuerpo y adentro en un orgasmo brutal. Ya no siento la fatiga de la vida, ya no tengo límites ni ley, en tu besos encuentro una salida y en tus piernas se pierde el entender.

poem039

el viento grita, protesta un gemido urge y canta lúgubre al aire, que se apena. su aliento desgarra el alma que es agua, no quiere ser sefiro de pakarina,  adentro: - aquietate para reflejar al cielo, esas esquirlas destructoras de otro tiempo, - la paz que quema que fluye entre nubes de escombros congelados con la pena, al corazón del océano, donde flotan los muertos.

poem040

Se quebró como una nuez mientras se caía todo, sus brazos su corpulencia, su animo y vitalidad. Su cerebro expuesto olor a almendras se dividió con armonía, mientras oía la canción : comezón, comezón en la lengua y en la piel, comezón bajo las uñas comezón bajo los pies, entre piernas entre ropas, en la saliva que chorrea en los ojos que me ven. Y era arrastrado a su ultimo convite.

poem041

Recuerdas las tardes tan fáciles sin opresión,  sin momentos. Todo un solo gozo un solo sueño, sin responsabilidad ni consuelos. Recuerdas las tardes  tan diáfanas, transparentes, tan vanas, tan bellas.

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Se cobija la tarde con la luz azul que desvanece la alegría. No llegó a tiempo y el bosque lo proclama, sombras cómplices te miran desde los escondrijos de la ventana. Muy pronto los alaridos de su demencia apagaran la tierra. No vendrá por los niños, ! viene por ti ! golpean estruendosos los segundos en la danza de la angustia y el miedo, se cubren todos los muebles de pena. La cerradura suena y se abre el infierno, una caricia canalla, un puñetazo directo, chillidos indebles, desorientados, sangre entre   fuerza y besos, golpes en carne blanda, despojos en carne noble. Luego a servir la cama, la mesa, la esclava. Oír el canto maldito de la madrugada.

poem043

Quisiera hoy no ir a trabajar, caminar hacia el billar por las calles retorcidas, causando miedo en los estragos, cabello largo, pantalón roto  cadenas, puntas de metal y mis gastadas botas. No rendir mi dignidad Ni humillar mi persona ante la nesecidad.  Ser inmortal y libre sin edad,  solo por hoy y quizás mañana. Hoy quisiera no ir a trabajar largarme con los malos.

poem044

Caminaba triste y la lluvia me besó. Y empezó... Evolucionó mi alma, se mancho de colores, el amarillo resalta en el negro, la sangre degeneró violeta y rosa en el celeste firmamento que yo fui, incendiaron al mundo y el anaranjado cielo se derretía. La lluvia me destrampaba, sus gotas inmensas de chocolate y tierra seca empezaron a procrear, miles de seres,  caminaban, huían corriendo para desmenuzare el las sombras, en las conchas. Un indiscutible olor a chacra reclamaba el asfalto. Me abrazo el viento un abrazo fuerte que me destrozó y piltrafa moribunda se retorcía amenazando la vida, no la mía, la de mis hijos, solo la garua se deslizaba bailando con el sol. Paso la lluvia, en mi tristeza me llamó, por mi nombre        que aún no conocía, me dio otro beso, un beso de amor.

poem045

Aquélla sustancia que fluye en el cuerpo, que hace tener ganas de vivir, enfrentar los problemas; se me ha terminado. La cama se convierte en sarcófago eterno donde las horas pasan llorando. Ya ni el viento entra y las cosas del cuarto me miran con pena. Extravíe los zapatos y la ropa me tiene asco. Recuerdo felizmente, las calles sucias, la miseria, la inmunda suerte de los desarropados. Ni la muerte viene, solo el hambre con migo conversa, que falta para orillarme a un hueco y esperar el colapso. Las ansias y los sueños son imágenes del techo, el murmullo de otras voces me dan miedo, donde habrá un lugar al que escapar. Donde podre abandonar mis huesos.
Irremediablemente partiré tú corazón, desmenuzare tú alma, al final entre tus pedazos nacerán alas, fluiras como miel, y yo, tendré otra vez, una escusa para ahogarme. Destrozaremos el núcleo y la institución, volando entre soles quemaremos la tierra, no quedará ni un cadáver en la hoguera, beberemos té en el jardín de la luna y en cada sombra, en cada estrella ensuciaremos la pasión. Sumida al embeleso, melancólica, atónita, me veras partir, !tú misma lo pediras! ; mirándome desaparecer, beberás el dolor que hoy no calienta tú mañana. Una quietud indolente me atravesará, los días regresaran en un calendario irracional e indiferente. No nos responderán ya los torbellinos, los cuartos vacíos y llenos de otros, pasarán sin conmoverse ante nosotros; tumbas expuestas de restos frescos, !tumbas del amor! , del deleite, de un dios mezquino. ?Cómo conmoverme ahora, ante tus ojos? primera mirada que previene tanta destrucción, dolor profetizado. Sí las ganas azotan las rocas y estre
He quedado             libre del universo ya mi vida             no navega en el tiempo, pasa todo y el pasado pesa, un cadáver de vergüenza y frustración. Ya puedo            percibir tu carne dulce y caliente tu               espumosa sangre, la vibrante vida en             tus partes, el movimiento que transforma el dolor. Ya soy uno          de esos  hombres de  la luna,     que navega         en los vientos, sobre el mal       en los cielos de  tu cuerpo y adentro en un orgasmo brutal. Ya no siento la fatiga de la vida, ya no tengo límites ni ley, en tu besos encuentro una salida y en tus piernas se pierde el entender.
La noche eleva sus cantos por mis venas,  sopla sus vientos por mis poros, besa mi boca por dentro y me lleva. Enloquece mis manos apasiona mis piernas, la piel se separa, se aleja,  la carne y el ñuto  se queman, se derriten los jugos y la noche los prueba; absorbe, sopla; absorbe y traga, y en sus entrañas exploto, me descompongo, bailo, grito, muero y luego exhaló; eyaculó. La noche me deja, me expulsa a la oscuridad.
Como sombra alada que susurro inquiere, al momento muere, ¿algu ien vio mi hada?
Flores secas solitario camino, abandonado viento, polvo y tirria. Ausencia necesidad, soledad por defecto en el campo de paz la vida estorba, duele, agrede. Flores secas, aroma pútrido en el agua verde que descompone el yeso. Y el ruiseñor festeja su reino perecedero con el sublime aliento que se pierde en los ecos, entre los árboles. Amaru CastelA.
La luna fría y desalmada nunca habla; ! no dice nada ! El sol tierno y ponzoñoso quema indiferente desde su elevada posición. Dios, infinita providencia deshaucia y juzga; en ese orden. Rompe el espejo para enjugar mi rostro, se transforma en mí; niño de manos sucias y ojos ardientes que mudo ante el aroma a inmortalidad oxida la riqueza de esta casa, ajena; mi torpe proceder me expulsa. Pasos inexpertos manos atrofiadas; un horroroso diablo en este nefasto templo. este es el cielo puro y húmedo, arrastra en sus muslos la cortina de llanto desperdiciado, inservible, olor de anís a donde no tengo entrada por que en mí todas las fragancias no tienen virtud. Escoria abandonada, por no ser capaz por vivir enfermo. Señor Dios infinito ?dónde se quedó tú esposa? ?dónde encontraré el amor de madre? Tus ojos son destino de un recuerdo insepulto que atormenta mi amor. Malvado e insensato, siniestro carcomes mi mundo, envenenas mi vino, fermentas  mi dolor. La agonía ardiente se extiende, conden
Me gusta tu presencia, el aire a penitencia y pecado que mueve tu cabeza cuando hablas. Tú inmenso cráneo potente cubierto de seda , oleaje infinito e inmenso y mueves  tu boca. Luego la inclinas, la turbas, detienes al universo, al tiempo. hablas; y ahora te escucho; torrente recoveco, de todas las cloacas del continente, que violan al mar. Sigues el panfleto de las hembras domésticadas, q no termina, no pasa, se atora en el aire hasta que por fin callas. vuelvo a mirar la armonía de tu cuerpo, natural brisa que mueve tus montañas, mueves tu cabeza, y es todo lo que quiero de ti. Amaru castelA.
Dulce veneno para ingerir en sociedad, amargo fuego de labios fríos en la encerada sala de la música. !se ama una sola vez! !con todo! !con toda la sangre!, !con la muerte! Ya intoxicado desciendo a las dunas, un levante de polvo líquido marca blanco el sendero, de tu huida, de mi desgracia; desciendo en él y no te encuentro. Depósito menesteroso de huesos enropados, antes elegantes, antes decentes y pulcros que desgriman al viento toda su soez hombría, todo su poder liviano y perdido. y sólo escuchó tus pasos !tu huida! ?cómo proponer una máxima? ?cómo practicar una sensatez? ?cómo eregir el amor y tu felicidad? si nada de eso importa importa mi inminencia mi único urgencia de posesión. Amaru castelA.
Enseñame a tejer mujer desmancada, mujer reducida a órgano ayudame a entender. Entrenzame el pelo mientras desmembras mi cabeza. Mujer sobajada, !Enseñame! a tocar, insertar, voltear, apretar: el látigo de la lengua, la sucia agua de los ojos, el veneno amargo del orden, la mórbida telaraña del amor. Teje la bajeza y amarra la indignidad, en silencio, a suaves murmullos, la estúpida jerarquía del orden funesto con tus plumas caricia. Tuerce mis dedos y teje un chal tinturalo con sangre, deja mi alma en sus puntadas luego visteme, quemalo, con migo dentro; nunca confíes en sensatez ni te fíes de sentimientos. Amaru castelA.