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No soy jitano ni aventurero, solo soy un longo sin ninguna magia, sin ningún ostento, ni daga, ni maldiciones, solo con penas. No somos jilguero de plenilunio primaveral que al compás de un riachuelo en levante de agua marina canta ocre con trasfondo cielo, canta a los ojos ambar del marmol eneldo. Somos pingullo viejo en garúa de cañaveral, olor de cañamo ajeno y ardiente, pasión a poros, a labios, en brazos, en vuelo forzado de piernas,            hasta el sueño. No soy rorsal, tal ves la sarsa, la espina, la salsa de maní en tierra, el ají en la boca, el vacio del cofre, la boveda abierta, la cama fría que canta a la hoguera, los ojos negros, la piel morena que se incendia, la vida ardiente en leña. Solo soy un longo, y por longo; revelde, que en la quebrada te espero y a la montaña encomiendo, le susurro las palabras que para ti tengo. Amaru castelA.
Tu corazón es un polluelo en un nido de espinas, un ramal de agujas oxidadas y refilado vidrio que cubre la rosa de sangre         que palpita y se desinfla, es la joya robada,           la ausencia precaria. Tú corazón mano extendida es el llanto que se traga con horror y odio. Es tristeza y espanto en la puresa de la cópula. Tu corazón mi niña es la puerta que se cierra en nuestro infortunio. Lo golpean los puños desesperados hundidos en la locura. Amaru castelA.
Pensamiento obtuso que se hilvana                en muecas fúnebres que pasan ...               reposa la telaraña       sobre pluma blanca en fangoso hilo            de agua                        putrefacta que enemigo de la belleza no la puede ensuciar, ni mojar, ni mover. Un martillo remata autómata  escondido al aire, sin aire, máquina a dos tiempos que no se ve pero tritura dedos,                     la mueven. Se vende un alma rancia, barata, por realización de saldos y el temblor empieza en mis manos. De lejos, el olor a sangre, el plasma viseral mancha mis costados, la coyuntura de los labios, ocupa dos espacios al unísono. Se acerca el bus, justo a tiempo, al último segundo para escapar. Amaru castelA.
-De qué color es tú voz? -De qué estan hechas tus palabras? Susurro leve en la tierna                 rama niebla que se quiebra. Silbido sordo en el silencio               que nadie sabe pero merma. Rocalisa que se espanta              en el agua llora, habla. Daga ardiente sin antídoto,             espina que camina. -De qué color es lo que dices? -Qué escapa de los sueños? Ácido en goteo    sustancia germinal y muerte. -Escucha detenidamente: La voz acomplejada e inservible de un anciano neurótico. Un niño delirios y miedo sin promesas ni ganas. Una mujer deleite con los dedos mojados. -Escucha lo que eres, lo que oculta el espejo. El abanico se cierra y me quedo en silencio. Asustado! Amaru castelA.
De la crítica literaria. Creo q no me interesa. De está parte de análisis literario que creo está confundido con la crítica literaria. Me he dado cuenta que me causa estupor. Asco creo. Es para mi como diseptar a una mujer hermosa. Los ovarios serán ovarios no sé sí más lindos o más funcionales que otros. El corazón un músculo, cartílago y sangre. Cuando compongo un poema no pienso en la anáfora o el símil o todas las licencias poéticas. Ya mi cabeza lo hace. Pienso en la sensación, en el sentimiento. Lo demás son herramientas; como el carpintero que hace un banco, si tiene más cinceles y más cierras podrá darle mejores acabados y tal ves lograr el arte. Amaru castelA.
Palabras de plomo, sin alas, sin pico, sin ninguna magia, como sí el aire que contienen sofocara y matará las ideas, los sentidos por que todo lo que siento no puede puede volar. En soledad y penunbra las fabrico, las inserto en hilos de sangre y devoción, confecciono paisajes, vacios de colores, ausentes, sin preludio, con lágrimas de horas muertas, de sepulcros, de esencia. Expresan lo abdurdo y olvidan la dicha, la agonía de tu amor. Palabras vanas que tiradas al empedrado rompen en vacijas que desprenden tu olor, tu sabor, tu boca, tus muslos, tus labios finos que se abren sin oir, sin entender, solo la locura persiste sin amor. Y viertes tu miel y polinizas la vida pero no la mía que sigue perdida tratando de hablarte, de que me escuches, de que sepas que ya no soy el que fui cuando se enamoró, que ya no soy quien fui cuando te amaba y es mejor despertar cada vez en tu cama sin saber con quien despierto en un torr
Ausencias. Querida. En donde quiera que estés y a la hora en la que te encuentres, acompáñame, recuerda que la ausencia es solo la escusa para los recuerdos. Deja que la musa nos encuentre, con su melancolía, que nos transporte a ese lugar de donde venimos, en donde nos reuníamos con palabras dulces, sin tiempo. Aquí la lluvia de primavera y el sol de invierno aquietan al viento, que musita tu rostro entre sombras inverosímiles e indiferentes, al viento que me trae tu voz. Los caminos de tus pasos tienen el mismo final que los míos e inician en otras vidas donde fuimos tan felices, tan tristes; pero que sobreviven al universo. Dejarme contarte del sentimiento profundo que me embarga siempre, totalmente y que me espera en cada esquina, en cada sonido, en cada reencuentro, en tus palabras que imagino. Llévame en tus ojos, en tus labios, esconde me en tus cabellos hasta el silencio; pero no restrinjas el movimiento circular del mundo. Piensa en que los dos ya no nos pertenecemo
La muerte es inminente, el sol ya no lo debe topar, su amoroso yaya, su viejo padre. Ulceras inclementes infestan su interior, labios y palabras ahora son monstruosas. Por fuera es solo una cascara dura decolorida, tieza, dolor constante degenera su mente, la última  cualidad que sostenía su género, la razón,  la razón hoy tan venida a menos. -Cuál será tu porvenir? Desde su inmenso sillón solloza una carcajada. - mi porvenir? Mi situación no cambiará, a ti vendrá la musa y te dará el dulce beso de la muerte. Yo seguiré consumiendome, secandome, en penumbras, sin compañia. - pero que hiciste? - qué. Qué hice? Pelié contra dios y perdí. Amaru castelA. La muerte es inminente, el sol ya no lo debe topar, su amoroso yaya, su viejo padre. Ulceras inclementes infestan su interior, labios y palabras ahora son monstruosas. Por fuera es solo una cascara dura, decolorida, tieza, dolor constante degenera su mente, la última  cualidad que sostenía su género, la razón,  la r
Las carreteras, las ciudades, la vida estan hechas para las personas que tienen dinero; para la mayor comodidad de los que poseen mas alla de sus nesecidades; pero, por qué  es asi? Los valores de solidaridad, de equidad, de convivencia quedan marchitos, como palabras hipócritas que se repiten día a día minuto a minuto, frente al real pensamiento que nos sumerge en una competencia desleal y voraz. A travez de los tiempos los que acumularon poder, el minúsculo pueblo que a impuesto sus doctrinas sobre todo el mundo, sigue manipulando y segando a la mente humana. Por qué  es asi? sí los pobres son más, muchos más. La peor mentira que nos oprime es la idea de " la felicidad " no es nuestra, es impuesta desde la mitología lejana, pero redunda en nuestras cadenas y retumba en nuestro subconciente. Es en el arte, la ciencia, la fantasía, lugares donde nos podemos reencontrar y olvidar las imposiciones que componen nuestra esclavitud. Amaru castelA. Las carreter
Un muerto apesta en la tele, muerto que apestaba ya a miles de muertos despojados en los leños inmundos del feriado bancario . Un muerto que grita, miente, bitupera. Como titere de hueso en pellejo, encargado arrastró al pueblo a su antiguo cadalzo. 12 horas de esclavo, sin luz ni redención. En su sepulcral camino, enviado por los bancos, enrumbado por los látigos b ifulcó conciencias, interpretó letrinas, hizó leyes cambiando letras, puso de moda la mentira, hizo boga la aporofobia ,la corrupción santificó. Un muerto levantan como logo, el muerto que acompañarán en su cajón. El Ecuador está de duelo no cuatro días sino todas las horas desde la traición. Amaru castelA.
Juventud... La luz se enclaustra en la villa, encapsula sus vidas y el murmullo de grillos desatan el malefisio. Brincan, brillan, sonoros festejos, retumban en la distorsión de fallidos símbolos que perecen en la oscuridad. El aire se detiene y cae, a la profundidad, entre sacudidas de trompeta y marimba. Todos se detienen, ya no huyen y sus contorcionados cuerpos se quiebran mientras alaridos fluyen de sus líquidos. Empieza la noche en una lágrima, el camino por delante se hace eterno, es un tunel sin retorno donde todo converge y se hace pedazos, yo sin embargo no puedo despegar, permanesco en mi, al rincón, en mi cilencio, en mi tristeza, la luz me lastimó tanto que solo puedo tratar y dejarme llevar, de lejos arrastrado muy detras, en dirección contraria de la algaravia, de la soledad. Amaru castelA.
Cada día o cada noche. Indistintamente cuando duermo o permanesco en el cilencio veo historias, oigo libros, penetro en peliculas que mi mente capta al conectarse con el cono, el cimiento se hace efimero y débil, algunos nunca más los recuerdo. Otros se quedan por mucho en mis pensamientos hasta que los logro evacuar. Amaru castelA
Soy egoista y solo se vivir por mi, la existencia se complica a mis lados y atras quedan bosquejos mal borrados de sueños que alguien me conto. Los oi en las hondas perturbadas de cuevas solitarias donde desparramo mis tiempos. Mis iones tiemblan a golpes de metal que distorsióna desde lejos un hacerdor, me hace vibrar en su mundo mientras destroza un alfiler. Como aleteo perpetuo y sereno la voz del destructor insita mi camino, casi no oigo pero adivino su sendero y luego, cuando ya perdido, triste, solo y en el piso, lo vuelvo a escuchar. Como acoger a alguien más sí solo se vivir para mi, incapaz de sentir, incapaz de soñar, viendo en los demás solo caminos sin final. Amaru castelA.
Aguita de toronjil en flor de jamaica, guayabita espumilla con miel de higos, quién te ha dicho que los ángeles no pueden pecar? Contonearce desde el cielo y hasta el suelo, en una gota, perder las alas en un rosal. Revolcar el halo y rasgar su manto, incendiar mis manos con tu piel.  Secar mi alma sin otra esperanza que el sabor de tus labios y al pasar los años en desierto de ansias saber que das tus lacibas palabras a mi rival. Aroma a canela de tarde en lluvia, tristeza gélida de niebla con pasas y nuez. Mi amada, mi antigua hada vendrás de nuevo, mi muza escarlata con guadaña y desnuda. Vendrás nuevamente y será la última vez. Por eso lloro con lágrimas agrias, entre los recuerdos del ajonjoli, lloro en la planta del aji, entre la ruda y el toronjil. La noche de hierva luisa suavisa mi espera. Y un manto de eucalipto sofoca mi pena. Amaru castelA.
Círculo negro, panteón rojo flores de chocho, estancos libidinosos                    y putrefactos, iridiscente luna bajo la oscura elocución. Eres Saliva de un limón verde eres las manos con ganas, el ansia de los sueños, bochornoso dulzón bajo los juegos, las sábanas, el pelo, todo mojado y sucio. En mis labios eres vacio mudo que extingue mi aliento. En mi cuarto la sombra perpetua y maléfica que destruye mi tiempo. Eres el recuerdo que vuelve y no puedo... Negar. Amaru castelA
La mayor prisión del humano es el tiempo. El cuerpo se va deteriorando, los instintos pierden su sentido, más; por qué ser esclavo de recuerdos? El parapeto de los horrores cometidos. Subordinado al tiempo inexorable, condenado al pasado extinto, irracional manera de medirnos, un nuevo día, un nuevo nombre, un nuevo individuo. La cuenta regresiva invertir, abrazar la muerte como objetivo, vivir un día sin ser cautivo, morir al ocaso, fugitivo. Y renacer, revivir con el frío, permanecer eterno en el vacío en la cálida niebla de no saber el mañana, el hoy, ni el ayer. Amaru castelA.
Reeditada de hace 1 año Germina en mi oscuridad la incapacidad de amar, pétalos purpura nulidad trémula de bondad, incapacidad de apreciar meliflua belleza / exquisita piedad, desposeído de afectos, incontenible / irracional. Me sumo en la tierna ira al sopor de una sandez, un difunto desde las cortinas, entre flores naranja y ramajes lila, musita mi nombre con estupidez. !Ya no puedo detenerme! Prolifêra / se riega / inmovilidad / flaqueza soy una momia que desea ser el cadáver de otra persona de aquella a quien acabo de ofender de lastimar... Amaru castelA.
La muerte, rosal en sol, besó mi rostro, en saudade horroroso espero su flor, el surgir en dolor sus sombras, abrir el pistillo y sacudir la tormenta del alba. Se burla del abandono y la pobreza de recuerdos con la soledad, que musita sus risitas tontas mientras deja de abrazarme y se aleja. Entra y busca en mi cuarto, una foto, una carta, un papel arrugado manchado de un corazón; pero es en vano, astiada me mira y encolera su saña. - Cómo extrañaras la vida? Sí nunca vives? - Cómo sabrás la diferencia? Sí ya estas muerto y vives en tan ruinoso mausoleo? Yo aterrado trato de gesticular alguna forma que la tranquilice. El dolor se incrementa mientras continua en su requiza. Solo basura! Letras sin sentimiento! Grita lastimeramente. Se sienta en mis piernas mostrando en su cara miles de bellas apariciones que en algo me son familiares, inmuto, recio, mi rostro y apendices solo sienten dolor.  El dolor al que tanto temo y que se incrementa irracionalmente. - No! Contigo no hay como
El poder nunca ha estado en manos de los inteligentes (entiendase el sentido más amplio del concepto ) y sí lo ha estado, los que no lo son, inteligentes, han hecho hastalo imposible para recuperarlo en la mayor brevedad posible. Esto lo demuestra la historia. Amaru castelA.
Oscura madre. Lave mi corazón en muro de lamentos mientras mi alma desgarraba con liturgias sus juramentos, aquell a mujer acaricia los aceites, los cabellos, imagina la madre que canta, como enjuga con tormentos, cada lluvia, manantiales, l ágrimas de su adentro y con su mano restituye, sana los recuerdos. A lbor de luna oscura, verdor del cielo negro, tierra de mi amada, reina de mi tiempo que canta en celosía melodía de un misterio. Yo soy tu madre yo soy tu amiga yo soy la dueña de tú sustento. Y despierta en tú sueño llenate de aliento, siente el frío de la tierra siente la vuelta del viento. Amaru castelA.
Cada calle, cada casa, cada plaza, todo tiene su tristeza, su oscuridad, hay que mirarla sin dejar que se nos entre, sin llevarla.
Amo a Quito, mi ciudad, pero no le perdono y nunca perdonaré lo que hace a sus hijos extraviados, que se pierden en gradas viendo siempre para abajo, al inframundo. Tan deviles, tan callados, matices esmaltados de macetas sin geranios, rotas, andan solos, empedrados,      sol-insolentes         garuas infectuosas            sombras y adoquines que piensan tiritando que el sol los lastimaría y que nadie los quiere, una lámpara de alcohol                       genera sus días entre tejados de caña y tol                         una copa sucia de azucena y repujado                    suscita su muerte. Te amo Quito, en el ojo de cada perro atropellado, en el cilencio de cada niño destrozado,           risa de tus maldicientes           llanto de la injusta tranquilidad maldita de tú letargo.

Universidad Central

Decadentes recuerdos de pañuelos rojos y viejos, cajones de revolución. La muerte de dios entre tus labios , para ser más exact o en la facultad de filosofía, en la omnipotente escuela de exactas. Los faroles tiemblan, la pileta se oscurese, el asfalto brilla de miedo , con piedras y disparos , mientras los judas se retuercen. Nosotros en la terraza. Interminable cortejo de gradas, entre café s y cigarros. Humo en el pasillo y en las pizarras, ya de vidrio. Mi negra , las marchas, ser selecto y ser secreto. Una suca , una gata , los chapas , la internacional comunista , la diferencial , la derivada , la canción del che Guevara, sus ojos , sus miradas , su boca , sus senos , el amor , el deseo , pero sobre , sobre todo el pueblo. Miles de profesores abusivos que te disparan con su no saludo, misóginos , aburridos , que ni siquiera la clase preparan. Mas mediocres en sus castillos , en las bancas y claro el sueño de la niña que no se casa aunq u
Ya todo terminó, lágrimas recorren el camino de épocas donde murió el amor, yo solo quiero eschucharte decir que estarás bien, que serás feliz mientras me adentro a la vera oscura de tú olvido. Sollozas un no te alejes, musitas un no me olvides. Sin verte, sin tenerte inventaré un mundo en los pedazos de nuestro cariño. Insertidumbre viajera que azotará mi tristeza, Idilio muerto que removerá la melancolía cada tarde, cada día inventaré tu acento, un dulce momento en que me digas que estas bien, que estas contenta. Y así pasará la vida, pasará el tiempo. Un día en un sendero pasarás junto a mí sin dramas, sin remordimientos, tú inmersa en tú destino. Yo perdido en tú dolor. Amaru castelA.
Hoy quiero morir, arrojarme a los presipicios de mis complejos, cortarme con mis sueños rotos y dejar que me aplaste la absurda incapacidad. Hoy me quiero morir, dejar de pelear con el mundo, avandonar el sustento seguro, el aire conocido y la cálida comodidad y su probecho. Salir sin defensas al mundo, negar la ilusión del tiempo, embriagarme e irresistiblemente enamorar al viento y a todos los ojos que me dan miedo. Morir así sin temor sin sufrimiento, por odio, por amor, con dolor y contento, ir muriendo mil años, las noches, las madrugadas con la felicidad en los labios y los deseos a la punta de los dedos. Satisfecho y cansado, avergonzado y temeroso, hoy quiero morir sin arrepentimiento sin pasado sin añorar nada, que ya todo haya sido rebasado. Amaru castelA.