Ir al contenido principal

Entradas

TOLONTAG

 Cae tormenta en Tolontag,  las piedras reflejan los años,  la hierva penetra mojada y resbala un cielo vertiginoso.  Las nubes pueblan la tierra. Caen las gotas y traspasan, se pierden en el alma,  urgencia en el aire que reclama la expansión,  el huir,  el dejar sesgado un futuro predicho. Yo corro, tu corres, mientras el tiempo detiene nuestros movimientos,  un río torrentoso arrasa delante todo lo que conocíamos,  se abre la esperanza y una nueva estación inicia. Estamos en el cielo,  aún lejos del Apu,  pero estamos con él,  en él y podemos sentir como acompaña y se ríe.  Trastoca la acuarela una niebla que difumina y matiza el verdor dentro del negro de tus ojos,  ningún pájaro tiene tu voz  que se irradia entre las montañas. Cae tormenta en Tolontag   como si la cangagua llorara en todos los ojos cálidos,  en todas las caras rosadas,  en todas las sonrisas nunas, de quienes aquí dan vida.

olvido

Ya No se que hacer,  este dolor me mata.  Hay un lugar desde el olvido donde nada pasa, todo se repite y se queda.  Lejos de tu lado el tiempo en alacenas pierde su  interior, no entiende lo que fue, sabe que nunca será y duda si en realidad vivió. No se que hacer,  ya no soporto este dolor,  ni la música ni el viento,  la voz de las palabras y la dulce razón,  el veneno que ilumina y el torrente del temor,  nada se queda, nada me llena,  nada detiene esta insondable quietud,  el vacío retumba,  el silencio donde faltas,  la luna eras tú,  el sol era tu amor,  el mundo,  las estrellas  estaban en tus manos  y tus ojos eran la luz  que hacían que todo exista. Las huellas que ríen y se ocultan,  las huellas que dejaste,  el aroma que pulula, aparición maligna que atormenta y daña por qué sólo la presiento y no la puedo alcanzar,  el paso en las tinieblas de los días,  la asfixia en la soledad de las noches, el recuerdo que se escapa  y casi ya no puedo sostener. Hay un lugar en el olvido

amiga

Amiga.  Nunca más regresaste, tu silueta en la ventana congeló la brisa,  el ruido, la lluvia.  Solo una sonrisa fantasma destellaba el cielo. La casa derruida ya es de otro mundo,  las voces mustias  son inaudibles,  tu tararear musita desde la faltante celosía.  Pasa la vida y el frío se va  en copando los vacíos  del labrado en piedra. El entablado opaco perdió la cordura,  por un par de horas brillo en su ahogo de luz,  la poesía llena de tus ojos,  embelesa la curva de una sonrisa eterna y ausente. Y no fue más  las sílabas,  los versos,  la rima. Todo murió con un adiós. Amaru castelA.
Hay veces q solo podemos ver la vida desde una vitrina Pero es bueno q tu felicidad se ruegue en el mu do para los q no la tenemos

me vuelves loco

Me vuelves loco.  Me vuelves loco, no me dejas pensar ,        necesito una pausa,       perderme en tus ojos,   oir tus razones    y   navegar.  Necesito escapar,      perderme  en los bosques de tus palabras,  huir de tanta distracción      y hundirme en tus ojos,  en tu Bello rostro,  en tu sonido almíbar,  en tu  calma sin temor. Necesito escucharte,  saber tu opinión,  Oír tu pensamiento y ver al mundo distinto  y entender lo que nunca entiendo.  Como podría tenerte? Como en cada instante contarte?  Sentirte, soñarte.  Saber que eres el arte, saberte comprender. Caminar junto a ti,      hablar con silencios,  mirar la ternura,  Sufrir sentimientos  que al viento navegan,     solo,  cuando estás junto a mí,  nacen de otro tiempo,  de otro mundo,  de otra realidad. Distante sinfonía  que arrasa mi interior  y convierte en ilusión        toda oquedad,  lejana,  melancolía en el interior de un palpitante aliento  que constante presiento y que nunca se apaga. Me vuelves loco, necesito

Las montañas

Las Montañas.  Cuando muera no me iré, me quedaré en las montañas donde tu mirada me busque,  en el ladrar de los perros,  en la cangagua,  en los ojos puros y sonrisas sin maldad. Busca mi alma si me extrañas,  allá lejos en las montañas,  por los caminos de lodo y las gradas de quebradas,  en cachorros con frío y en los niños del cerro.  Con los Apus me voy a quedar,  a oír sus leyendas y escuchar su sabiduría,  oliendo los eucaliptos y las ortigas  que nunca pude diferenciar. Caminaré con él caminante, impulsaré su bastón de palo y suavizaré su paso. Acumularé las penas para bajarlas al río  y llegaré donde dormida talvez en mi sueñes, talvez me recuerdes y cuidaré tu sueño. Amaru castelA.

La vida

El amor, la felicidad, la paz están sobrevalorados. TÚ vida no está solo dentro de ti, tu vida está en las calles, en las montañas, en la luna.  Se riega a tu alrededor, tu vida va y vuelve por la otra curvatura de la tierra. La vida se alimenta y toma de ella, del sol, también del agua, se dispersa y engrandece, se consume al fuego y sus cenizas pueblan las estrellas.  Tu vida, hecha de vacío brilla, como la más pura oscuridad, mientras dura, envuelve al tiempo y lo desintegra. El amor no es la única puerta, la felicidad tampoco el único puerto y la paz es la ventana para mirar hacia la belleza, hacia la muerte. Mientras vives te alejas de la esencia, de la vibración cósmica que un océano de melodías mueve, de las emociones más intensas hasta que un día regresas. Cuando estas vivo anhelas aquellos sueños, aquella paz, la contemplación de la nada, ulgun escape, alguna otra realidad.  Amaru castelA. 

La Calle

El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas,  díganle a mi ñora, Que,  la espero desde, la Palabra. Díganle que no, Pare Nunca Más,  que la lucha es, Renovada, por cada nueva, Generación, que se, Revela bajo el Agua, que no entiende la, Razón de vivir Sin nada. El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas, porque un artillero, Común,  defiende al banquero, y Su plata. El camino siempre, con dolor,  Este camino  no, se acaba,  porque se llevan siempre, lo Mejor,  Por qué tenemos que, callara? El amor que yo tenía, Aún,  se pierde entre sangrantes, Masas,  si somos muchos, más por qué seguir, con sus tristes patrañas. Aquí se acaba el cuadro, aterrador,  aquí los sueños, del que cambia,  las calles iluminan, nuestra voz,  aunque el que canta, ya se calla. El amor que yo tenía, Aun,  se pierde entre sangrantes, Masas,  díganle a mi ñora, Que,  la espero desde, la Palabra. Díganle que no Pare, Nunca Más,  que la lucha es, Renovarla. Amaru castelA. 

Soledad y café

La soledad en la noche del abismo      prepará mi almohada,      acaricia mi sueño; suavisa el silo que me envuelve con la única seguridad que tengo; tú no regreso.    Se sienta junto a la cama,    escribe en mis hojas,    musita en una jarra, tarararará;    se toma mi café. Su melodía se apagó en este abismo de lástima, la luz confuza falló, soledad  ¡tú me haces falta!  La soledad en la noche de espejismos     prepará la cena,      baila en el portin,  se sienta en mi cama,    y navega en mis sueños    musita con una jarra, tarararará;    se toma mi café. Cuando yo mismo no estoy por la negación que me embarga se que no sirve de nada pretenderte subyugada, a mi parecer. De nada sirve buscarte en mi cuarto en el florido jardin  de la vacuidad, en las calles tristes  del olvido; de nada sirven  ¡si ya no estás!  La soledad en la noche de estrabismos     se convierte en pena,      confusión sin fin,  que inunda la cama    y el abismo eterno;    musita una jarra, tarararará;    se toma m

Camino medio mundo

Asfaltato negro de cielo inmenso, mujer canela en camino desierto.  Viaje al centro de la tierra para estar más cerca del sol.  Lleva una Diadema, brilla al viento y su cabello cubre el tiempo que dedique en venir.  Quebradas y cañadas, ríos y acequias, previenen que regrese, conocen y saben que su mente no es buena.  Montañas espesas, infierno de bosques, pradera eterna reflejo de soles, ella canta y suspiros  se elevan desde los océanos.  Viaje a la mitad del mundo para estar más cerca de un dios.  Plantas y nidos, árboles y hierba, lamentan porque conocen la intención del corazón.  Camino en medio cielo, nubes hablantes, canta en las aves y atardecer.  Viaje a la línea del mundo para encontrar algún ser inmortal, ya no la escucho ni aparece, su lugar quedó vacío en el último abismo, sólo perduró su recuerdo que me obliga a beber del espumoso espíritu, que ya nunca dejará de ser. Amaru castelA. 

Espino

En el cielo fue creado cuando creada la música regó su esencia y perfección. Se reveló la belleza por su inteligencia y los ángeles a los que servía cayeron con él. En realidad nada existe, en ésta realidad donde todo es externo, apariencia, nada existe sino la melodía, la vibración que se escucha lejos del sentimiento. En el abismo del pecho resuena, antes de emerger, fluido de palabras, sonidos continentes, un alma, los cielos. Más abajo, entre ansias los mares. A pesar de la falta de caminos, del vacío, las nubes ocultan y encuentran las mañanas, las empañan y atardece, antes de la luna que brilla en los valles. Las montañas y las playas enrojecen y tiemblan. La tierra respira y susurra, de ella nace la vida y la muerte camina, germina el dolor, florece la felicidad.  El goteo marca el pulso, un segundo, una eternidad, un final, el inicio. Todo se destruye sin recuerdo en un cambio silvestre y verde que el gris pensamiento perenne y sabio ni siquiera tizna.  Inunda la faz el sonido,

La Carta

Te escribo cada tarde  y en cada línea  la noche se cierra   con total melancolía,  extingue el humo mi vida.  Las palabras  describen ufanas  una ingrata desolación,  existir fuera de tú cercanía. Remordimiento con tinta que llora tú ausencia,  vicio de recordar y sufrir,  imaginar entre cenizas  tus besos,  espejismo de tu mirada,  dulce susurro  y la extraña maestría  de atrapar mi ilusión. Cada tarde al último rayo de luz,  seda lechosa del cigarro, una copa que sangra y un romance ficticio,  hieren la melodía de la oscura estancia,  que todavía con esperanza te espera. Todo se atavia de pena y tristeza,  la blanca hoja es,        lo único que ilumina  y en ella se borran los días de alguna alegría, vacío a cada paso, en cada alma,   que solo acentúan tú falta. No recuerdo el final,  sigo perdido  buscando olvido,   la sinrazón, una escusa,  una salida. Amaru castelA.

DESENMASCARO

El Mundo efímero de tú sonrisa,  de tú voz;  sombra amarga y sin valor; menos,  sin amor. Alivio melifluo de muñeca de trapo, encallada en el olvidado basurero dónde él desfigurado mendigo encuentra su redención. Vacía, sin un sitio; pero presente, imperante y molesta como el trueno; pero imprescindible para seguir, para partir seguro de tener a dónde volver a ver. Ternura mojada, incipiente aburrimiento y simpleza insoportable ; que desmonta los montes en un grano de acaruela y pesa más que un jardín de aureolas de ángeles en el pedregal del infierno. Mía es la culpa de no reconocer lo que realmente quiero, mía es la culpa de no saber ser feliz ni entender la encomienda, de desfigurar tú sentir y destruir el tiempo. Lo siento, animal artero como yo no debe libremente mentir e invocar al sufrimiento. Lo siento. Amaru castelA. 
Tengo todas las hambres,  cada gota salibal del océano que agovia;  las imágenes que lastran,  el ahogo que me extirpa,  las ganas desde el alma. Los deseos que se inflan y desnudan el vientre,  la parca escondida tras la esquina que recuerda,  que grita con olor,  con aroma jugoso a vida,  sabor a crimen,  a descoyuntura,  a profunda sangre y muerte entre besos de dolor. Oculta delicia, delicada faena,  de arrancar de la inocencia una perturbadora libertad. Comer sin piedad ni prejuicio,  beber sin miedo a la saciedad;  olvidar la razón y la pena para crear mi propia civilidad. Amaru castelA. 
- Amigo no es el que busca provecho, beneficio de ti. - Sí fuera así, no existiera la amistad.  - Un amor no es el que busca placer, ni ensoñación, ni plenitud en ti. - Sí fuese así, nadie realmente ama.  - Un amor es, en la playa desierta quien no sucumbe al frío sabiendote, a la distancia bien. - Amistad es quien da sin calcular, quien anticipa y cubre tú necesidad. - Sí fuera así, no seríamos lo que somos. Amaru castelA. 
Carne magra y comisuras cafe con leche,  rosadas pardo.  Sobresalen al moverse,  en la mueca jugosa que destroza el ambiente       y contiene la vida. Se abren apenas  por donde silva el flautista,  pajaro oculto que sabe del futuro y borra la desgracia. Puedo sentirlos entre mis dientes, a la distancia, en mi locura. Succionar su cáliz, dulzura de guanto, ensoñación de colmena, frío de muerte. Ajis rocotos que arden para siempre y marcan con fuego la víctima próxima de tú matadero.  Amaru castelA. 
Inclino su cuerpo junto al ventanal panorámico para arreglar la basta de su pantalón enredada en el zapato. Apoyo su mano derecha en el vidrio que se trizo muy rápido, sin darle tiempo a un suspiro. Con su último ahogo veía borrosa y en rojo, la ventana desde la que cayó. No terminó ahí, cuando no está flotando en el agua helada de un océano o mirando la interminable playa rocosa; cae y vuelve a caer junto con miles de trozos de cristal. Escucha los gritos y el llanto todo el tiempo. Amaru castelA.
No busco el éxito,  sigo al fracaso y si vas tras mis pasos  también lo encontrarás.  Los bloques de infancia,  la moral mal armada,  las mentiras de labios excelsos y maquillados  que me alejan con asco  del Altar de la honorabilidad. La hombría, el cascajo,  la civilidad, adalis y descaro.  El orgullo y la humildad,  la ambición y prosperidad. Acumulación insana, antinatural, insensible.  Un sueño indiferente de comodidad rapaz. Burbuja claustro de apariencias y agrado, hipócrita cautividad, bomito de un diablo que experimento siete días con el corazón inocente.  Dolor y rabia que envenenan los días  y corrompen de noche  un martirio contumaz  del ser victimario  de su propia naturalidad. El éxito exigido,  el molde programado, límites sensoriales y cuñas en el pensar.  Todo apesta con los soles que te ofrecen ilusiones en tú vaguedad. Detesto el éxito y a sus discípulos,  más a los charlatanes  que no lo ofrecen y presumen sin saberse su realidad. Amaru castelA. 
En un mundo de hiprecia, no por ser directo significa que dejas de ser hipócrita. Muchas generaciones confunden la insolencia y descaro con sinceridad. Amaru castelA. 

mis manos

Mira mis manos blancas, sin sol, sin dios, sin la maldición que tú llamas trabajo; ahora que soy más yo y menos lo que tú querías que sea. Del fondo y la forma no me preocupo, ya sé para que estoy aquí, ya recordé para que vine y no es por ti. Mira mis manos suaves, sin dolor, sin esfuerzo; celebran en sí el hecho de la rebelión, la paz, el amor. Frías cuál lágrima, duras con el dolor son deleite del viento, son mi proyección, mi síntesis. Ellas entienden la vida, hablan con los cuerpos, sienten la energía y sobre todo expresan quién soy. Amaru castelA. 
Tus recuerdos duelen, avergüenzan el alma y humillan al ego. Tu familiaridad condena con serena normalidad el habla que vuelves a confundir. El deseo es una raíz que pudre mis venas mientras tú sonrisa mirada me vence.  Todo el tiempo vuelcas y los lugares trastocas en lunares equidistantes de profundas hondonadas,   los colores se funden en carne ocre y magra,   los humores remolinean como gases de cámara. Solo un dedo te detiene con todo mi coraje, te conjura, salva el poco follaje seco entre las llamas. Con el silencio huyo, aterrado, constante: pero a salvo. Amaru castelA.

covid 19

Imagina adentro algodón negro y tejido gris, imagina al suave y delicado pulmón. A un virus que te come, huequea e infecta, a la sangre que llega sucia y explota sin tener por donde huir. La contaminación, la pus, un mundo sin ti.  Imagina aquel día, piensa que no saliste, que no hablas ni estrechaste, convencerte de que no importó,  trata de imaginarlo entre el ahogo y el dolor, no mires tú último momento, piensa que nunca contagiarse a nadie y perece en paz. Amaru castelA. 
Sábado de  amanecer triste, mortaja frágil de pesadumbre en gotas;  culpa y temor. Miedo al lunes, su voz, presencia pulcra de manglar devastado, prepotencia turbia de ignorancia tirana entre la lluvia y agonía de la pobreza perpetúa. La inmunda, la desobediente loca alma insana que se esconde reprobada y se empeña en el dolor. Ya solo con miedo perdió la aventura, desflorarse a sí misma, afligir a quien ama.  A la hora de la ventana, huir sin remedio y vaciar la confianza, pisar los anicos afilados del porvenir.  Amaru castelA. 
Que me dices tras lo que hablas?  Quiero escuchar tus sentidos, tus intereses... Saber los recovecos internos de tú mirada, escuchar los ecos distantes, ocultos, de tus palabras, salir con el aire despejado del vapor negro que callas, que empujas, que resbala.  Sostener en las manos tus sentimientos y verlos volar sin tanto insecto, sin mascaras.  Quisiera encontrarte, entenderte  y saber lo que quieres, lo que anhelas, lo que hace que maquilles los miedos, las vergüenzas, las ideas que esconden tus palabras. Amaru castelA. 
No puedo dormir, hoy la luna camina por el patio, se posa en la ventana, moja mis sábanas y destruye mi calma. Corren sus risas por las oscuras estancias y tras cortinas vacías puedo sentir su mirada. Susurra al despunte de una brisa apagada y rosando tenue mi piel congelada, con su aroma dulce, caricia insensata, escurre su luz en mi boca cerrada. La luna lujuria, medallon de plata, aretes de conchas, desnuda su alma y me quema, me mata, atrapa mi vida, se la lleva con el alba. Aunque sé que no quieres, me miras porfiada, volveras cuando nueva, luna negra a mi cama. Amaru castelA.