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poem040

Se quebró como una nuez mientras se caía todo, sus brazos su corpulencia, su animo y vitalidad. Su cerebro expuesto olor a almendras se dividió con armonía, mientras oía la canción : comezón, comezón en la lengua y en la piel, comezón bajo las uñas comezón bajo los pies, entre piernas entre ropas, en la saliva que chorrea en los ojos que me ven. Y era arrastrado a su ultimo convite.

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Recuerdas las tardes tan fáciles sin opresión,  sin momentos. Todo un solo gozo un solo sueño, sin responsabilidad ni consuelos. Recuerdas las tardes  tan diáfanas, transparentes, tan vanas, tan bellas.

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Se cobija la tarde con la luz azul que desvanece la alegría. No llegó a tiempo y el bosque lo proclama, sombras cómplices te miran desde los escondrijos de la ventana. Muy pronto los alaridos de su demencia apagaran la tierra. No vendrá por los niños, ! viene por ti ! golpean estruendosos los segundos en la danza de la angustia y el miedo, se cubren todos los muebles de pena. La cerradura suena y se abre el infierno, una caricia canalla, un puñetazo directo, chillidos indebles, desorientados, sangre entre   fuerza y besos, golpes en carne blanda, despojos en carne noble. Luego a servir la cama, la mesa, la esclava. Oír el canto maldito de la madrugada.

poem043

Quisiera hoy no ir a trabajar, caminar hacia el billar por las calles retorcidas, causando miedo en los estragos, cabello largo, pantalón roto  cadenas, puntas de metal y mis gastadas botas. No rendir mi dignidad Ni humillar mi persona ante la nesecidad.  Ser inmortal y libre sin edad,  solo por hoy y quizás mañana. Hoy quisiera no ir a trabajar largarme con los malos.

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Caminaba triste y la lluvia me besó. Y empezó... Evolucionó mi alma, se mancho de colores, el amarillo resalta en el negro, la sangre degeneró violeta y rosa en el celeste firmamento que yo fui, incendiaron al mundo y el anaranjado cielo se derretía. La lluvia me destrampaba, sus gotas inmensas de chocolate y tierra seca empezaron a procrear, miles de seres,  caminaban, huían corriendo para desmenuzare el las sombras, en las conchas. Un indiscutible olor a chacra reclamaba el asfalto. Me abrazo el viento un abrazo fuerte que me destrozó y piltrafa moribunda se retorcía amenazando la vida, no la mía, la de mis hijos, solo la garua se deslizaba bailando con el sol. Paso la lluvia, en mi tristeza me llamó, por mi nombre        que aún no conocía, me dio otro beso, un beso de amor.

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Aquélla sustancia que fluye en el cuerpo, que hace tener ganas de vivir, enfrentar los problemas; se me ha terminado. La cama se convierte en sarcófago eterno donde las horas pasan llorando. Ya ni el viento entra y las cosas del cuarto me miran con pena. Extravíe los zapatos y la ropa me tiene asco. Recuerdo felizmente, las calles sucias, la miseria, la inmunda suerte de los desarropados. Ni la muerte viene, solo el hambre con migo conversa, que falta para orillarme a un hueco y esperar el colapso. Las ansias y los sueños son imágenes del techo, el murmullo de otras voces me dan miedo, donde habrá un lugar al que escapar. Donde podre abandonar mis huesos.
Irremediablemente partiré tú corazón, desmenuzare tú alma, al final entre tus pedazos nacerán alas, fluiras como miel, y yo, tendré otra vez, una escusa para ahogarme. Destrozaremos el núcleo y la institución, volando entre soles quemaremos la tierra, no quedará ni un cadáver en la hoguera, beberemos té en el jardín de la luna y en cada sombra, en cada estrella ensuciaremos la pasión. Sumida al embeleso, melancólica, atónita, me veras partir, !tú misma lo pediras! ; mirándome desaparecer, beberás el dolor que hoy no calienta tú mañana. Una quietud indolente me atravesará, los días regresaran en un calendario irracional e indiferente. No nos responderán ya los torbellinos, los cuartos vacíos y llenos de otros, pasarán sin conmoverse ante nosotros; tumbas expuestas de restos frescos, !tumbas del amor! , del deleite, de un dios mezquino. ?Cómo conmoverme ahora, ante tus ojos? primera mirada que previene tanta destrucción, dolor profetizado. Sí las ganas azotan las rocas y estre
He quedado             libre del universo ya mi vida             no navega en el tiempo, pasa todo y el pasado pesa, un cadáver de vergüenza y frustración. Ya puedo            percibir tu carne dulce y caliente tu               espumosa sangre, la vibrante vida en             tus partes, el movimiento que transforma el dolor. Ya soy uno          de esos  hombres de  la luna,     que navega         en los vientos, sobre el mal       en los cielos de  tu cuerpo y adentro en un orgasmo brutal. Ya no siento la fatiga de la vida, ya no tengo límites ni ley, en tu besos encuentro una salida y en tus piernas se pierde el entender.
La noche eleva sus cantos por mis venas,  sopla sus vientos por mis poros, besa mi boca por dentro y me lleva. Enloquece mis manos apasiona mis piernas, la piel se separa, se aleja,  la carne y el ñuto  se queman, se derriten los jugos y la noche los prueba; absorbe, sopla; absorbe y traga, y en sus entrañas exploto, me descompongo, bailo, grito, muero y luego exhaló; eyaculó. La noche me deja, me expulsa a la oscuridad.
Como sombra alada que susurro inquiere, al momento muere, ¿algu ien vio mi hada?
Flores secas solitario camino, abandonado viento, polvo y tirria. Ausencia necesidad, soledad por defecto en el campo de paz la vida estorba, duele, agrede. Flores secas, aroma pútrido en el agua verde que descompone el yeso. Y el ruiseñor festeja su reino perecedero con el sublime aliento que se pierde en los ecos, entre los árboles. Amaru CastelA.
La luna fría y desalmada nunca habla; ! no dice nada ! El sol tierno y ponzoñoso quema indiferente desde su elevada posición. Dios, infinita providencia deshaucia y juzga; en ese orden. Rompe el espejo para enjugar mi rostro, se transforma en mí; niño de manos sucias y ojos ardientes que mudo ante el aroma a inmortalidad oxida la riqueza de esta casa, ajena; mi torpe proceder me expulsa. Pasos inexpertos manos atrofiadas; un horroroso diablo en este nefasto templo. este es el cielo puro y húmedo, arrastra en sus muslos la cortina de llanto desperdiciado, inservible, olor de anís a donde no tengo entrada por que en mí todas las fragancias no tienen virtud. Escoria abandonada, por no ser capaz por vivir enfermo. Señor Dios infinito ?dónde se quedó tú esposa? ?dónde encontraré el amor de madre? Tus ojos son destino de un recuerdo insepulto que atormenta mi amor. Malvado e insensato, siniestro carcomes mi mundo, envenenas mi vino, fermentas  mi dolor. La agonía ardiente se extiende, conden
Me gusta tu presencia, el aire a penitencia y pecado que mueve tu cabeza cuando hablas. Tú inmenso cráneo potente cubierto de seda , oleaje infinito e inmenso y mueves  tu boca. Luego la inclinas, la turbas, detienes al universo, al tiempo. hablas; y ahora te escucho; torrente recoveco, de todas las cloacas del continente, que violan al mar. Sigues el panfleto de las hembras domésticadas, q no termina, no pasa, se atora en el aire hasta que por fin callas. vuelvo a mirar la armonía de tu cuerpo, natural brisa que mueve tus montañas, mueves tu cabeza, y es todo lo que quiero de ti. Amaru castelA.
Dulce veneno para ingerir en sociedad, amargo fuego de labios fríos en la encerada sala de la música. !se ama una sola vez! !con todo! !con toda la sangre!, !con la muerte! Ya intoxicado desciendo a las dunas, un levante de polvo líquido marca blanco el sendero, de tu huida, de mi desgracia; desciendo en él y no te encuentro. Depósito menesteroso de huesos enropados, antes elegantes, antes decentes y pulcros que desgriman al viento toda su soez hombría, todo su poder liviano y perdido. y sólo escuchó tus pasos !tu huida! ?cómo proponer una máxima? ?cómo practicar una sensatez? ?cómo eregir el amor y tu felicidad? si nada de eso importa importa mi inminencia mi único urgencia de posesión. Amaru castelA.
Enseñame a tejer mujer desmancada, mujer reducida a órgano ayudame a entender. Entrenzame el pelo mientras desmembras mi cabeza. Mujer sobajada, !Enseñame! a tocar, insertar, voltear, apretar: el látigo de la lengua, la sucia agua de los ojos, el veneno amargo del orden, la mórbida telaraña del amor. Teje la bajeza y amarra la indignidad, en silencio, a suaves murmullos, la estúpida jerarquía del orden funesto con tus plumas caricia. Tuerce mis dedos y teje un chal tinturalo con sangre, deja mi alma en sus puntadas luego visteme, quemalo, con migo dentro; nunca confíes en sensatez ni te fíes de sentimientos. Amaru castelA.
Cual gemido estrujado pierden tus palabras eco y ternura  las horas que dejan vacía mi copa. Una vez ancle mi amor y resulte sin puerto, desconcertado  y al fondo, a la deriva, muerto. La transparencia tibia de una melodía arranca mi viento mi lluvia, mi desierto; una lágrima, una queja , que mustia y desgarrada exhala mi alma, agónico infortunio, gemidos que hieren angustia que draga, dolor artero que sin darme cuenta aparece me envuelve me enloquece en un gemido de tus palabras. Amaru castelA.
vivamos en la repugnante locura que nos enfrenta con nuestra bobería, saquemos de nuestra vertebral angustia lo que realmente sentimos, lo que en realidad pensamos, quejas, por el que nos hace bien y quejas por lo que nos mata pero simple es mirar la carreta y amontonarnos atrás, elegir la comodidad lo que no nos incomode lo que nos oculte en el barullo, saquemos nuestra irá, lo que arde y repugna y por último digamos que lo que buscamos es nuestro interés, mezquino y chiquito, que no nos enfrente y seamos sinceros, digamos realmente que queremos la ganancia fácil, el sueño de millonario que  encona nuestros complejos por que fuimos y somos el producto de lo que vemos en la tv. Amaru castelA.
vamos a vivir en la dulce estancia del colibrí en la estela primorosa del mar entre la mojada hierva entre el musgo y las algas, en la montaña !vámonos! no vivamos más en la añoranza ni en los recuerdos ficticios del fatuo ego, !estúpido! de una vida cobarde que muy poco despues del llanto del llanto del parto, nos engaña !vámonos! vamos lejos donde el viento habla y el agua cura vámonos a vivir como plantas del aroma emblema, como aves que pasan, vivamos como el sol !vámonos! vámonos a otro mundo a aguas quietas y visión nublada pero real, a hablar como un árbol, sin carga, !sin vivir arduo! como animales vivamos lejos de estas calles, lejos de las caras de repugnancia. Amaru castelA.
Estéril destino, larga trenza de días que ya no quiero. Así soy yo,  solo sueños, vivo un mundo de sombras, impulso de sentimientos sin rumbo ni estructura que titerizan mi aspecto. Aún no voy al inframundo, vivo a la mitad donde las almas desechas aún guardan rostros de gentileza. Ya salí de ahí de tu concepto... Ya viví allá, lejos, sólo con esperanza por paz, quisiera ser arpía que tritura el cráneo al vuelo de mis recuerdos. Y al ver mi imáginario  destrozado sangrante, despellejado, sin una sola curación a su dolor, volveré mi corazón negro, flor, para, arrancada huntarla sobre toda mi agonía. Terror descuartizado, momento que a cada rato se repite, desmembro de mi, de mi destino donde ya no vivo, donde quede atrás, sin saber reconocerme. Amaru castelA.
Media en mi, el miedo, ! la oscuridad ! no poder llorar ni ser firme. Cuando a hurtadillas se acerca el silencio retumba un murmullo, !la inmensa normalidad que yo no tengo! Las mantas que arden para al final ocultarme gritan: !ya vienen!, ya llegan las voces, musitan los demonios y los ángeles, vuelan mirándome con extrañeza. Se escuchan sus alas, que se quejan, ?por qué? yo debería ser como, como alguien lo explicaba. Hasta el mismo Dios se frena, se retuerce, ?por qué? ! no hay nada ! en la oscura ausencia Ahora, mucho más media el miedo en la cena, al ver la televisión, al ir a trabajar. Media de miedo con un shoot de limón, media, entre mi futuro y mi sensibilidad, entre lo que yo debo y lo que nunca pagaré, entre la seis de la tarde, la hora del muerto y los primeros rayos de sol. Solamente me divide a la mitad el miedo en la oscuridad. Amaru castelA.
Una curva del viento cambia el tiempo el norte diluye lo riega al este, expande el sur, conquista al oeste donde hasta el perro enfermo de la piel, que vive en la inmunda y come de la quebrada, sabe como sobrevivir, !como vivir! mejor que yo que me encierro entre el antro y la cama, sin salidas al patio ni visita marital, añorando la luna avergonzado al sol. !Una curva al viento! y no se ya lo que quiero, una casa del dios dinero con maquillajes para la fachada, luego no lo quiero, cuando lo tenga querré el sentimiento, un silbido de mi sombra alejándose a otro puerto; aquí, !donde no se navega! donde nunca se ha navegado. !Una curva en el viento! y se derrama todo, todo lo que pasa todo lo que siento, !ya no tiene importancia! la gente que me cuida y hasta los que detesto, las casas, el concreto, el dulce cielo azulado lleno de toxico excremento, !hollín y panela! el desfiladero al infierno esta lleno, !odio hacer cola! y más odio !perder tiemp
A flor de viento... y el viento que desflora en un lamento                 tú dulzura carne magra, íntima y con acento      dulce   oscura                    y los gemidos en la boca encarnada del averno. el cielo que recorre en las quebradas de tu adentro         y tus piernas briosas yeguas que acarrean el universo, tus besos, tus pechos, tú cadera de abeto... y tu inocencia que de rasga en los ojos de tus senos que se queman, las cenizas que se mojan en el suelo, a flor de viento, flores negras levantan su último vuelo y se esfuma ya te encuentro trémula y sin contento pierde el poeta a la niña que ansiaba,       ya no te quiero... Amaru castelA.
El espíritu entusiasmado, jala  la materia, exige al cuerpo, lo hace fuerte. El espíritu acongojado lo marchita. Amaru castelA.
El mundo gira a prisa, se detiene, un golpe la paraliza para bautizarla con cerveza , descontrolada e ingenua sonríe amable, sedienta de amor. Sus verdugos encapuchados gimen temblorosos, fuerza otra sonrisa entre sus rígidas piernas. Se detiene el mundo en soledad y unos ojos tibios aparecen, la miran con cariño... Amaru castelA.
EL ALMA -  SAMAY - LA PAZ Lo peor de la Cultura Occidental o Cultura de muerte, es pensar que es la única y exclusiva. Todo lo traduce o trasfonda a su comprensión. El concepto del alma no existía en el mundo andino como la concepción griega que alimentó al judeo-cristianismo. Al buscar un paralelismo al alma occidental podría compararse con el sueño, la vida en los sueños del runa (humano) . Samay es el viento, un viento bueno que fluye del ser y reconoce él de los demás seres y objetos. El runa no es una criatura (creado). Es hijo, nacido, de la Pacha Mamá, como todo los demás seres animados y no animados. El ser hijo, conecta y concuerda la visión del runa andino con el hombre de otras culturas ancestrales. El culto a la Diosa, por ejemplo, sobreviviente en Europa y Asia hasta mucho después de implantado el cristianismo con Constantino, lo demuestra. Eran hijos de la Diosa. Su relación con su deidad era maternal. Para el runa andino, el ser hijo de una madre, le confiere el est