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13 febrero Hoy me extirpan mi ojo derecho. El cilicon que usaron en el desprendimiento de retina, por las actividades y funciones de mi nuevo trabajo terminó obstruyendo completamente los canales por donde salen los líquidos del ojo. El jueves tuve un disgusto y luego realice algo de esfuerzo físico en el trabajo. En la noche el dolor constante que sentía se incremento, el viernes fue lo mismo así que asistí el sábado al hcam hospital del seguro y no había médico para urgencias optalmologicas, me inyectaron ara el dolor pero seguía igual, me llamaron para el domingo y asistí. Momento de desición. Me hice exámenes pre quirúrgicos y pedí permiso para lunes y martes. Busque otra opinión pero era obvia la participación del interés económico en las opciones por parte de los médicos de otras clínicas. Pará que se hacen doctores, para ganar mucho dinero o para servir? El martes la doctora del domingo me hospitalizo y el miércoles, hoy me extirpan el ojo que me ha dolido, que no soporta el sol
letanía muda perturba engaña se válida entre rostros palos y asquerosa mentira se eterniza riega su porquería riega las tripas de sus elocuentes esbirrias Amaru castelA. 
TÚ,      MI ALMA . El aji de tu boca           me pica,  los puñales            del pecho  me clavas,  porque  al caminar me camelas y en tú espalda ardo,  me dejas dolido me dejas sin alma.  Son,      tús piernas  donde vive,  escondido,  solapado,  el deseo, la muerte; enamorado sí  duermes;  mojado sí hablas. Son locura que me arrancas  como miel con tus palabras, el acento que me arrastra,   la maldad con que te escapas.  Así,    al tiempo turbas, desesperas, enfermas,  trastornas,  sensual y delicada, irreconocible amanante; que ya no sirvo para nada, sino para llorarte,  en todas partes,  en cada boca,  en cada cama. Son aurolas de tus senos,  son mis noches son mis sueños, lo profundo del infierno,  es la gloria,  es donde muero; socabando mis anhelos  destiñes mi razón. La vida envenenas con aromas de tú pelo  salado al pasar,  limón con hierba buena y al oírte gritar,  chocolate con ajenjo,  al mirarte,  palo santo pecador y pez muriendo en la arena,   quiero esa esencia,  tú
En el lagar morvido extenuante, silicioso;  impotencia,  desasosiego.  Domina en mi, dame pensamiento, serenidad, luz del rayo, dame sabiduría, integridad. Con un ahogo insólito, imperceptible; goteo degenartivo y fatal; domina en mi,  ilumina mis palabras, enciende mis manos, marca con truenos mis pasos, dame tranquilidad. Ayúdame en esta tierra esclava, ignorante y mentirosa, guía , aclara la visión delante de mi, recorre la cortina de viento infecto que no me deja ver. Enciende mi oscuridad, mi presentir. No me des resignación ni me enseñes a tragar el frío, el ahogo de la humillación, dame inteligencia. Domina en mi, dame voluntad. 
ERATO.  A hora triste,  de azul melancolía se perfora el velo turbio,  lo traspasan miles de golondrinas . Urgencia de distopias,  ausencia de voluntad,  tardes solas y oscuras,  lágrimas de una gran soledad. El viento llora en los rostros un eco intranquiliza tú voz,  maldad que abraza los sueños,  dulzura que acaricia mi horror. Miró tus ojos tras el velo,  escucho un susurro en mi interior,  otra tarde me entrego en tus redes,  hilos finos que ejecutan al amor. Amaru castelA.

Mandalas luminosos en fondo turbio, movimiento acuoso, envolvente, disipante. Erguida en el abismo la sobre peregne sale del trasfondo, recorre al frente una cortina leve pero de todos los años pesada. Entonces mis palabras huyen, sin poder pensarlas, se enredan, unas caen, otras iluminan con colores rasposos y suaves, y calientes; no sé lo que dicen, solo puedo tocarlas. Otras entran, me rozan, algunas insípida, otras saladas, amargas, creo que ninguna es ya dulce y el tiempo viene a recogerlas y las acomoda a la circunstancia, entre las tres y las siete de la circunferencia oblicua. Quedan escondidas, hacechando las parcas entre horas y segundos para poder escucharlas.Un aire pertinaz, vintage de días y fragancias, caducas, olvidadas, perdidas en las ideas que ya no puedo transportar.Amaru castelA.

Arrebol  encendido de equinos fluviales y flores de sal, una golondrina muere en el aliento cósmico y una araña vuela entre una lágrima y otra. Tus ojos me d esprecian, tú parecer es otro. La ira se columpia, baja del tumbado que no pudimos sostener, filoso desdén desvía tú rostro ante los ademanes torpes por volverme a restituir. En la veloz noche conozco el final, dormí ya en esa lápida y se que una garúa tortuosa limpiará el epitafio. La fatalidad es una cobija fría viendo mi barca hundida, las nubes vuelven a oscurecer el día.
INQUISICIÓN Cruz neo liberal trata de conjurar, flama maloliente, ceniza invisible, tóxica. Ahí están los que creen en dios, que acrecientan su esperma contra los infantes, que aplastan su espada hecha cruz. Su dios son sus privilegios, su fortuna, profesar la vacua supremacía. ¿Qué les hace callar frente a la injusticia? Sufrir la indignidad, conformarse a una miserable vida, abrazar la mentira y convertirla en promesa. Un pueblo desde el cielo, la sangre de los santos no subyugados, llueve, riega los sumideros, alivia las plantaciones de coca, mientras las pisotean los nuevos llamados por dios. Intermitente vida que se ufana de su trágica incapacidad; libertad, alegría, bienestar, cómo confundes y cambias los sonidos por palabras frívolas; te molesta la inexactitud y no tienes un mindre de entendimiento; críticas la desigualdad y mantienes los cordeles tensos de tus complejos; lúgubre enciendes sándalos para simular tu exigua generosidad pero sonríes ancho de hipocresía y manti
CAPULÍ tal vez  por que eres caudal de dos torrentes, tal vez eres             la    esencia que se complementa y desborda. Tal vez,  melancólica roca huraña; risco imposible; sensibilidad incauta en varón y mujer in gerente. Eres completamente un dios, y yo un demonio que cree y se arrodilla ante todos los dioses. Una fresa de montaña que enloquece al chubacal. Yo, el mortiño que pinta la cebada, de difuntos machacada, con sangre. En lápidas reflejas tú llanto, textura de tierra que en ti se equilibra, espanto de las pobres almas, mármol que refleja confeso el brillo absoluto, la brisa, la persona. Ojos capulí, eres todo encanto pero aún con tu vida dura, solo eres una rosa         en la sombra del jardín. Yo no soy bueno,                soy malo, creado para destruir, espina de páramo que aún el aire que te une y aleja corrompe dulce al ser que tan fácil entregas. Frasco de veneno en labios de capulí, amarga desolación.
Cada vez        fingir  un sueño, un aroma,       un anhelo;              la noche inmaculada de dolor y arenas. Cada beso,     cada palabra,         solo para justificar mi nesedad, engañar mi propia especie. Canciones tortuosas,      sarcofagos de invierno,          el mundo en un cuento que una antigua voz me contó. Cada mirada,      cada lágrima, cada nombre eterno en un corazón como el engaño más verdadero. Empezo todo en un árbol    suspendido en la quebrada,         cada tarde solitaria de ensueño y desamor. De amor incontinente, precoz, no correspondido, ridículo. Romántico en tiempo de choclos, ingenuo, en el reino de perros. Inocente por faltas al pecado, por fatuo y por insípido. Tono continuo, repujado, forzoso, demente; estructurado como un bobo de saliva colgante, que demanda perpetuidad, continuar, existir, dejar huella sin llegar a ser nadie.
La fruta de vida desprenderé de tus labios, el temblor imvoluntario de ceder, quebrarás la inmensidad en un gemido, luminoso. Romperé tú flor a la sombra del altísimo, abrazarás la serpiente para cobijar la madrugada. Subiré a las dos casas de lo más alto del sueño; pero saldrá un duende pregonando: -"tú sigues en el infierno y nuevamente eres condenado". Besaré tus labios y de reojo disimularé indiferencia a toda la devoción, al escándalo, a la pasarela de toda la clientela, al vació de esta crucifixión y ganaré en tus ojos al temor. Beberé de tus pechos, absorberé tu boca, y en el final serás yo y en ti me encontraré, feliz al momento eternal. Me quedaré en un árbol sin ciencia ni mal, solo el recuerdo que será tú vida, llegando de la tierra, soñando con el mar. Amaru castelA
Mi gato se va sí no escucha su blues, la gata es más soul. Vibra la armónica y chilla herido en el alma, retuerce la calma y renueva mi conexión, hondulan y gravitan las viejas posturas, p érdidas envolturas vuelven a gratinar      el chocolate, el manjar. Del coco sale un espacio bajo la cama y se quiere suicidar, arrebatar la posición que felino peleará, la radio se desgarra, se deshace en cuerdas metálicas pero por fin algún familiar entrometido, profuso y dolido desconecta la luz de mi habitación. El gato se va, volverá luego de tres días, entre caricias y regaños, la gata es más soul. Inicia su tormenta, ronroneo y pimienta que vuelve todo a su lugar. Enciendo a baterias la ópera inconclusa y ya no hay ningún problema, por tres días podré dejarme en paz. Amaru castelA.
Me enfermaré de "hace tanto", desde aquella lágrima, se enfermó mi alma sin saber regresar. Sigue negandose a la cura, cada día se envenena, se llena de tristeza por no volver su rostro, por noregresar su pa Ya al ocaso dislumbro la esquina de la amargura y mi melancolía me empaña hasta el final. Enfermé por no abrir los brazos, por negar mi voz; se alejo asustada, dolida y vengativa. Perdí su rastro, solo siento el frío, llorando, doliendo, esperando. Se niega al antídoto, al remedio dulce y perfumado, enferme hace ya tanto que ya no entiendo como vivir sin su dolor. Amaru castelA.
Ninguno de los dos tendremos dinero para ese día, ninguno tendrá libertad ni vida, ni tan siquiera fuerzas para vivirla. Nadie aquel día tendrá ganas, aquel día en el que la muerte se muera, cuando todos los dioses desiendan y ya no sirvan para nada, nadie tendrá las ganas necesarias para ignorarlos y menos para juzgarlos. Aquel día te encontraré con fondo de sol, en la tarde que muere, reconoceré tus ojos de cielo negro y tus piernas de peces en red, no te hablaré porque las palabras carecen de sentido. Miraré tus manos, tomaré tus hombros, aquel día en que ya no tengamos dinero, ni seamos libres, ni tengamos vidas nos encontraremos y continuará nuestro amor. Amaru castelA.
A qué caoz nos botaron? Nos despojaron de la conciencia natural para hacernos resignados, para enseñarnos y conformarnos. Su dios bondad que no toma en cuenta a la víctima, su sufrimiento; tiene sus mismos ojos, son las mismas manos que reparten la culpa y se ensañan con el dolor. A qué mundo nos botaron? Donde el bienestar es el yugo sobre los demás. Qué clase de humanos pueden creer en una humanidad? Qué acusa a los malos y venera su maldad, siempre con la esperanza de un milagro, de que mañana todo pasará. Pasa el tiempo asechando, elocubrando, conspirando. El infierno es para los que no lo logran en una realidad para la que no fuimos creados. Amaru castelA.
Como bajan a las tinieblas por caminos adesentados, conocidos de las piedras, de las espinas, de los bardos; paso a paso y con tristeza, con amargura, hacia sus amos; van en silencio lamentando, con sus hombros agachados. Como bajan el obrero con su niña, con sus manos, a oscuras, cabizbajo, con las brujas y sus canticos. Como duele su presente, como duele su pasado, renunciaron a su derecho hoy sus calles son  pasto, de las botas, de las llamas barricadas con sus cascos. Ya no pueden detenerse solo hay una vuelta que han olvidado. Quito inicia en agonía el regreso a su cadalso, la noche ya comienza,  la noche de sus pecados; inocente víctima, por banqueros secuestrado, llanto indigno les alienta, llanto indigno marca el paso. Amaru castelA.
Como bajan a las tinieblas por caminos adesentados, conocidos de las piedras, de las espinas, de los bardos; paso a paso y con tristeza, con amargura, hacia sus amos; van en silencio lamentando, con sus hombros agachados. Como bajan el obrero con su niña, con sus manos, a oscuras, cabizbajo, con las brujas y sus canticos. Como duele su presente, como duele su pasado, renunciaron a su derecho hoy sus calles son  pasto, de las botas, de las llamas barricadas con sus cascos. Ya no pueden detenerse solo hay una vuelta que han olvidado. Quito inicia en agonía el regreso a su cadalso, la noche ya comienza,  la noche de sus pecados; inocente víctima, por banqueros secuestrado, llanto indigno les alienta, llanto indigno marca el paso. Amaru castelA.
A mis colegas que se apuñalan las uñas con retazos de confeti, a aquellos que levantan la nariz por sobre el sopor. Solo les diré que yo ya fui famoso antes de intentar ser, me hicieron creer que era dios capas de la más inverosímil creación y con licencia para matar y destruir, me inculcaron hasta la saciedad que la gente armaría, se enamoraría, del dirigente, de la imagen y que en la soledad sabría que yo mismo no me debo engañar. He tenido miles de nombres, miles de vidas que yo escogí. Ustedes son aquellos con quienes solo hablaría por lástima, para tratar de evaluarlos y algunna formación invertir antes de la decepción. Aprendí muy pronto el valor de la palabra y el problema del poder, vendí mi alma de niño y no puedo dejar de ser. No existe la re evolución en mi mundo y no sé cambiar. A tres minutos de la muerte, escucharé sus pasos y como dice el epitafio de los camaradas: Donde quiera que nos encuentre bienvenida sea mientras nos encuentre luchan
Pensamiento obtuso que se hilvana                en muecas fúnebres que pasan ...               reposa la telaraña       sobre blanca pluma en fangoso hilo            de agua                        putrefacta que enemigo de la belleza no la puede ensuciar, ni mojar, ni mover. Un martillo remata autómata  escondido al aire, sin aire, máquina a dos tiempos que no se ve pero tritura dedos,                     la mueven. Se vende un alma rancia, barata, por realización de saldos y el temblor empieza en mis manos. De lejos, el olor a sangre, el plasma viseral mancha mis costados, la coyuntura de los labios, ocupa dos espacios al unísono. Se acerca el bus, justo a tiempo, al último segundo para escapar. Amaru castelA.
La muerte tiene sabor a espinas de pescado, sopa de maní y platano verde, delirante por el limón y el ají. La muerte que ya se huele tiene textura tenue como helado, con higos, con toronjil, beso de niña, primera atracción, fría y candente en rosada insinuación. De arandonos el aroma, jazmín y hierba mora, acerca  sus ojos negros donde te hundes, vas perdiendo el dolor, flotas y reflotas en la inmensidad azul, te hundes si los recuerdas por un momento, luego flotas. La muerte tiene sabor a pescado, anhelante del limón y el ají. Su caricia es triste y te dice sin decir: - te he deseado tanto - te esperé desde que nací. Tú solo te entregas, te derrites en su sopor, en su sabor a pescado. Amaru castelA.
Me pidieron que pensara  en la cosa mas horrenda en que pudiera. Sin pensarlo contesté: - "La cosa más malvada, más perversa, y retorcida que conozco es la idea de dios". Luego me pidieron que pensara en algo peor que aquello. Solo pude responder: -"La cosa mas retorcida, maleva y maldita que conozco, peor que dios es la humanidad". Amaru castelA.
No se distinguir cuando sueño o sí de despierto entro a otro mundo parecido al nuestro, pero muy diferente, en lo que tiene dentro de puertas y armarios, tras los espejos, tras los vidrios, en sus habitantes. Atravieso en bus la desolada inclemencia, senitudes indiferentes, amarguras lluvia y viento tenue de un Upiro conocido a quien no temo, desconfío del resto, de los que son mi infierno, mi cielo, de la amistad y del celo, voy con todos y a todos temo. Y me dan miedo las habitaciones, los corredores y el techo; los muebles que le hablan a las paredes de mi pecho. Cada paso con ahogo, cada huida casi muerto, buscando el camino Carmila me extiende su acento, me vuelve al bus, me acurruca en el asiento, por fin regreso, no sé si despierto. Amaru castelA.
No soy jitano ni aventurero, solo soy un longo sin ninguna magia, sin ningún ostento, ni daga, ni maldiciones, solo con penas. No somos jilguero de plenilunio primaveral que al compás de un riachuelo en levante de agua marina canta ocre con trasfondo cielo, canta a los ojos ambar del marmol eneldo. Somos pingullo viejo en garúa de cañaveral, olor de cañamo ajeno y ardiente, pasión a poros, a labios, en brazos, en vuelo forzado de piernas,            hasta el sueño. No soy rorsal, tal ves la sarsa, la espina, la salsa de maní en tierra, el ají en la boca, el vacio del cofre, la boveda abierta, la cama fría que canta a la hoguera, los ojos negros, la piel morena que se incendia, la vida ardiente en leña. Solo soy un longo, y por longo; revelde, que en la quebrada te espero y a la montaña encomiendo, le susurro las palabras que para ti tengo. Amaru castelA.
Tu corazón es un polluelo en un nido de espinas, un ramal de agujas oxidadas y refilado vidrio que cubre la rosa de sangre         que palpita y se desinfla, es la joya robada,           la ausencia precaria. Tú corazón mano extendida es el llanto que se traga con horror y odio. Es tristeza y espanto en la puresa de la cópula. Tu corazón mi niña es la puerta que se cierra en nuestro infortunio. Lo golpean los puños desesperados hundidos en la locura. Amaru castelA.