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Arrebol  encendido de equinos fluviales y flores de sal, una golondrina muere en el aliento cósmico y una araña vuela entre una lágrima y otra. Tus ojos me d esprecian, tú parecer es otro. La ira se columpia, baja del tumbado que no pudimos sostener, filoso desdén desvía tú rostro ante los ademanes torpes por volverme a restituir. En la veloz noche conozco el final, dormí ya en esa lápida y se que una garúa tortuosa limpiará el epitafio. La fatalidad es una cobija fría viendo mi barca hundida, las nubes vuelven a oscurecer el día.
INQUISICIÓN Cruz neo liberal trata de conjurar, flama maloliente, ceniza invisible, tóxica. Ahí están los que creen en dios, que acrecientan su esperma contra los infantes, que aplastan su espada hecha cruz. Su dios son sus privilegios, su fortuna, profesar la vacua supremacía. ¿Qué les hace callar frente a la injusticia? Sufrir la indignidad, conformarse a una miserable vida, abrazar la mentira y convertirla en promesa. Un pueblo desde el cielo, la sangre de los santos no subyugados, llueve, riega los sumideros, alivia las plantaciones de coca, mientras las pisotean los nuevos llamados por dios. Intermitente vida que se ufana de su trágica incapacidad; libertad, alegría, bienestar, cómo confundes y cambias los sonidos por palabras frívolas; te molesta la inexactitud y no tienes un mindre de entendimiento; críticas la desigualdad y mantienes los cordeles tensos de tus complejos; lúgubre enciendes sándalos para simular tu exigua generosidad pero sonríes ancho de hipocresía y manti
CAPULÍ tal vez  por que eres caudal de dos torrentes, tal vez eres             la    esencia que se complementa y desborda. Tal vez,  melancólica roca huraña; risco imposible; sensibilidad incauta en varón y mujer in gerente. Eres completamente un dios, y yo un demonio que cree y se arrodilla ante todos los dioses. Una fresa de montaña que enloquece al chubacal. Yo, el mortiño que pinta la cebada, de difuntos machacada, con sangre. En lápidas reflejas tú llanto, textura de tierra que en ti se equilibra, espanto de las pobres almas, mármol que refleja confeso el brillo absoluto, la brisa, la persona. Ojos capulí, eres todo encanto pero aún con tu vida dura, solo eres una rosa         en la sombra del jardín. Yo no soy bueno,                soy malo, creado para destruir, espina de páramo que aún el aire que te une y aleja corrompe dulce al ser que tan fácil entregas. Frasco de veneno en labios de capulí, amarga desolación.
Cada vez        fingir  un sueño, un aroma,       un anhelo;              la noche inmaculada de dolor y arenas. Cada beso,     cada palabra,         solo para justificar mi nesedad, engañar mi propia especie. Canciones tortuosas,      sarcofagos de invierno,          el mundo en un cuento que una antigua voz me contó. Cada mirada,      cada lágrima, cada nombre eterno en un corazón como el engaño más verdadero. Empezo todo en un árbol    suspendido en la quebrada,         cada tarde solitaria de ensueño y desamor. De amor incontinente, precoz, no correspondido, ridículo. Romántico en tiempo de choclos, ingenuo, en el reino de perros. Inocente por faltas al pecado, por fatuo y por insípido. Tono continuo, repujado, forzoso, demente; estructurado como un bobo de saliva colgante, que demanda perpetuidad, continuar, existir, dejar huella sin llegar a ser nadie.
La fruta de vida desprenderé de tus labios, el temblor imvoluntario de ceder, quebrarás la inmensidad en un gemido, luminoso. Romperé tú flor a la sombra del altísimo, abrazarás la serpiente para cobijar la madrugada. Subiré a las dos casas de lo más alto del sueño; pero saldrá un duende pregonando: -"tú sigues en el infierno y nuevamente eres condenado". Besaré tus labios y de reojo disimularé indiferencia a toda la devoción, al escándalo, a la pasarela de toda la clientela, al vació de esta crucifixión y ganaré en tus ojos al temor. Beberé de tus pechos, absorberé tu boca, y en el final serás yo y en ti me encontraré, feliz al momento eternal. Me quedaré en un árbol sin ciencia ni mal, solo el recuerdo que será tú vida, llegando de la tierra, soñando con el mar. Amaru castelA
Mi gato se va sí no escucha su blues, la gata es más soul. Vibra la armónica y chilla herido en el alma, retuerce la calma y renueva mi conexión, hondulan y gravitan las viejas posturas, p érdidas envolturas vuelven a gratinar      el chocolate, el manjar. Del coco sale un espacio bajo la cama y se quiere suicidar, arrebatar la posición que felino peleará, la radio se desgarra, se deshace en cuerdas metálicas pero por fin algún familiar entrometido, profuso y dolido desconecta la luz de mi habitación. El gato se va, volverá luego de tres días, entre caricias y regaños, la gata es más soul. Inicia su tormenta, ronroneo y pimienta que vuelve todo a su lugar. Enciendo a baterias la ópera inconclusa y ya no hay ningún problema, por tres días podré dejarme en paz. Amaru castelA.
Me enfermaré de "hace tanto", desde aquella lágrima, se enfermó mi alma sin saber regresar. Sigue negandose a la cura, cada día se envenena, se llena de tristeza por no volver su rostro, por noregresar su pa Ya al ocaso dislumbro la esquina de la amargura y mi melancolía me empaña hasta el final. Enfermé por no abrir los brazos, por negar mi voz; se alejo asustada, dolida y vengativa. Perdí su rastro, solo siento el frío, llorando, doliendo, esperando. Se niega al antídoto, al remedio dulce y perfumado, enferme hace ya tanto que ya no entiendo como vivir sin su dolor. Amaru castelA.
Ninguno de los dos tendremos dinero para ese día, ninguno tendrá libertad ni vida, ni tan siquiera fuerzas para vivirla. Nadie aquel día tendrá ganas, aquel día en el que la muerte se muera, cuando todos los dioses desiendan y ya no sirvan para nada, nadie tendrá las ganas necesarias para ignorarlos y menos para juzgarlos. Aquel día te encontraré con fondo de sol, en la tarde que muere, reconoceré tus ojos de cielo negro y tus piernas de peces en red, no te hablaré porque las palabras carecen de sentido. Miraré tus manos, tomaré tus hombros, aquel día en que ya no tengamos dinero, ni seamos libres, ni tengamos vidas nos encontraremos y continuará nuestro amor. Amaru castelA.
A qué caoz nos botaron? Nos despojaron de la conciencia natural para hacernos resignados, para enseñarnos y conformarnos. Su dios bondad que no toma en cuenta a la víctima, su sufrimiento; tiene sus mismos ojos, son las mismas manos que reparten la culpa y se ensañan con el dolor. A qué mundo nos botaron? Donde el bienestar es el yugo sobre los demás. Qué clase de humanos pueden creer en una humanidad? Qué acusa a los malos y venera su maldad, siempre con la esperanza de un milagro, de que mañana todo pasará. Pasa el tiempo asechando, elocubrando, conspirando. El infierno es para los que no lo logran en una realidad para la que no fuimos creados. Amaru castelA.
Como bajan a las tinieblas por caminos adesentados, conocidos de las piedras, de las espinas, de los bardos; paso a paso y con tristeza, con amargura, hacia sus amos; van en silencio lamentando, con sus hombros agachados. Como bajan el obrero con su niña, con sus manos, a oscuras, cabizbajo, con las brujas y sus canticos. Como duele su presente, como duele su pasado, renunciaron a su derecho hoy sus calles son  pasto, de las botas, de las llamas barricadas con sus cascos. Ya no pueden detenerse solo hay una vuelta que han olvidado. Quito inicia en agonía el regreso a su cadalso, la noche ya comienza,  la noche de sus pecados; inocente víctima, por banqueros secuestrado, llanto indigno les alienta, llanto indigno marca el paso. Amaru castelA.
Como bajan a las tinieblas por caminos adesentados, conocidos de las piedras, de las espinas, de los bardos; paso a paso y con tristeza, con amargura, hacia sus amos; van en silencio lamentando, con sus hombros agachados. Como bajan el obrero con su niña, con sus manos, a oscuras, cabizbajo, con las brujas y sus canticos. Como duele su presente, como duele su pasado, renunciaron a su derecho hoy sus calles son  pasto, de las botas, de las llamas barricadas con sus cascos. Ya no pueden detenerse solo hay una vuelta que han olvidado. Quito inicia en agonía el regreso a su cadalso, la noche ya comienza,  la noche de sus pecados; inocente víctima, por banqueros secuestrado, llanto indigno les alienta, llanto indigno marca el paso. Amaru castelA.
A mis colegas que se apuñalan las uñas con retazos de confeti, a aquellos que levantan la nariz por sobre el sopor. Solo les diré que yo ya fui famoso antes de intentar ser, me hicieron creer que era dios capas de la más inverosímil creación y con licencia para matar y destruir, me inculcaron hasta la saciedad que la gente armaría, se enamoraría, del dirigente, de la imagen y que en la soledad sabría que yo mismo no me debo engañar. He tenido miles de nombres, miles de vidas que yo escogí. Ustedes son aquellos con quienes solo hablaría por lástima, para tratar de evaluarlos y algunna formación invertir antes de la decepción. Aprendí muy pronto el valor de la palabra y el problema del poder, vendí mi alma de niño y no puedo dejar de ser. No existe la re evolución en mi mundo y no sé cambiar. A tres minutos de la muerte, escucharé sus pasos y como dice el epitafio de los camaradas: Donde quiera que nos encuentre bienvenida sea mientras nos encuentre luchan
Pensamiento obtuso que se hilvana                en muecas fúnebres que pasan ...               reposa la telaraña       sobre blanca pluma en fangoso hilo            de agua                        putrefacta que enemigo de la belleza no la puede ensuciar, ni mojar, ni mover. Un martillo remata autómata  escondido al aire, sin aire, máquina a dos tiempos que no se ve pero tritura dedos,                     la mueven. Se vende un alma rancia, barata, por realización de saldos y el temblor empieza en mis manos. De lejos, el olor a sangre, el plasma viseral mancha mis costados, la coyuntura de los labios, ocupa dos espacios al unísono. Se acerca el bus, justo a tiempo, al último segundo para escapar. Amaru castelA.
La muerte tiene sabor a espinas de pescado, sopa de maní y platano verde, delirante por el limón y el ají. La muerte que ya se huele tiene textura tenue como helado, con higos, con toronjil, beso de niña, primera atracción, fría y candente en rosada insinuación. De arandonos el aroma, jazmín y hierba mora, acerca  sus ojos negros donde te hundes, vas perdiendo el dolor, flotas y reflotas en la inmensidad azul, te hundes si los recuerdas por un momento, luego flotas. La muerte tiene sabor a pescado, anhelante del limón y el ají. Su caricia es triste y te dice sin decir: - te he deseado tanto - te esperé desde que nací. Tú solo te entregas, te derrites en su sopor, en su sabor a pescado. Amaru castelA.
Me pidieron que pensara  en la cosa mas horrenda en que pudiera. Sin pensarlo contesté: - "La cosa más malvada, más perversa, y retorcida que conozco es la idea de dios". Luego me pidieron que pensara en algo peor que aquello. Solo pude responder: -"La cosa mas retorcida, maleva y maldita que conozco, peor que dios es la humanidad". Amaru castelA.
No se distinguir cuando sueño o sí de despierto entro a otro mundo parecido al nuestro, pero muy diferente, en lo que tiene dentro de puertas y armarios, tras los espejos, tras los vidrios, en sus habitantes. Atravieso en bus la desolada inclemencia, senitudes indiferentes, amarguras lluvia y viento tenue de un Upiro conocido a quien no temo, desconfío del resto, de los que son mi infierno, mi cielo, de la amistad y del celo, voy con todos y a todos temo. Y me dan miedo las habitaciones, los corredores y el techo; los muebles que le hablan a las paredes de mi pecho. Cada paso con ahogo, cada huida casi muerto, buscando el camino Carmila me extiende su acento, me vuelve al bus, me acurruca en el asiento, por fin regreso, no sé si despierto. Amaru castelA.
No soy jitano ni aventurero, solo soy un longo sin ninguna magia, sin ningún ostento, ni daga, ni maldiciones, solo con penas. No somos jilguero de plenilunio primaveral que al compás de un riachuelo en levante de agua marina canta ocre con trasfondo cielo, canta a los ojos ambar del marmol eneldo. Somos pingullo viejo en garúa de cañaveral, olor de cañamo ajeno y ardiente, pasión a poros, a labios, en brazos, en vuelo forzado de piernas,            hasta el sueño. No soy rorsal, tal ves la sarsa, la espina, la salsa de maní en tierra, el ají en la boca, el vacio del cofre, la boveda abierta, la cama fría que canta a la hoguera, los ojos negros, la piel morena que se incendia, la vida ardiente en leña. Solo soy un longo, y por longo; revelde, que en la quebrada te espero y a la montaña encomiendo, le susurro las palabras que para ti tengo. Amaru castelA.
Tu corazón es un polluelo en un nido de espinas, un ramal de agujas oxidadas y refilado vidrio que cubre la rosa de sangre         que palpita y se desinfla, es la joya robada,           la ausencia precaria. Tú corazón mano extendida es el llanto que se traga con horror y odio. Es tristeza y espanto en la puresa de la cópula. Tu corazón mi niña es la puerta que se cierra en nuestro infortunio. Lo golpean los puños desesperados hundidos en la locura. Amaru castelA.
Pensamiento obtuso que se hilvana                en muecas fúnebres que pasan ...               reposa la telaraña       sobre pluma blanca en fangoso hilo            de agua                        putrefacta que enemigo de la belleza no la puede ensuciar, ni mojar, ni mover. Un martillo remata autómata  escondido al aire, sin aire, máquina a dos tiempos que no se ve pero tritura dedos,                     la mueven. Se vende un alma rancia, barata, por realización de saldos y el temblor empieza en mis manos. De lejos, el olor a sangre, el plasma viseral mancha mis costados, la coyuntura de los labios, ocupa dos espacios al unísono. Se acerca el bus, justo a tiempo, al último segundo para escapar. Amaru castelA.
-De qué color es tú voz? -De qué estan hechas tus palabras? Susurro leve en la tierna                 rama niebla que se quiebra. Silbido sordo en el silencio               que nadie sabe pero merma. Rocalisa que se espanta              en el agua llora, habla. Daga ardiente sin antídoto,             espina que camina. -De qué color es lo que dices? -Qué escapa de los sueños? Ácido en goteo    sustancia germinal y muerte. -Escucha detenidamente: La voz acomplejada e inservible de un anciano neurótico. Un niño delirios y miedo sin promesas ni ganas. Una mujer deleite con los dedos mojados. -Escucha lo que eres, lo que oculta el espejo. El abanico se cierra y me quedo en silencio. Asustado! Amaru castelA.
De la crítica literaria. Creo q no me interesa. De está parte de análisis literario que creo está confundido con la crítica literaria. Me he dado cuenta que me causa estupor. Asco creo. Es para mi como diseptar a una mujer hermosa. Los ovarios serán ovarios no sé sí más lindos o más funcionales que otros. El corazón un músculo, cartílago y sangre. Cuando compongo un poema no pienso en la anáfora o el símil o todas las licencias poéticas. Ya mi cabeza lo hace. Pienso en la sensación, en el sentimiento. Lo demás son herramientas; como el carpintero que hace un banco, si tiene más cinceles y más cierras podrá darle mejores acabados y tal ves lograr el arte. Amaru castelA.
Palabras de plomo, sin alas, sin pico, sin ninguna magia, como sí el aire que contienen sofocara y matará las ideas, los sentidos por que todo lo que siento no puede puede volar. En soledad y penunbra las fabrico, las inserto en hilos de sangre y devoción, confecciono paisajes, vacios de colores, ausentes, sin preludio, con lágrimas de horas muertas, de sepulcros, de esencia. Expresan lo abdurdo y olvidan la dicha, la agonía de tu amor. Palabras vanas que tiradas al empedrado rompen en vacijas que desprenden tu olor, tu sabor, tu boca, tus muslos, tus labios finos que se abren sin oir, sin entender, solo la locura persiste sin amor. Y viertes tu miel y polinizas la vida pero no la mía que sigue perdida tratando de hablarte, de que me escuches, de que sepas que ya no soy el que fui cuando se enamoró, que ya no soy quien fui cuando te amaba y es mejor despertar cada vez en tu cama sin saber con quien despierto en un torr
Ausencias. Querida. En donde quiera que estés y a la hora en la que te encuentres, acompáñame, recuerda que la ausencia es solo la escusa para los recuerdos. Deja que la musa nos encuentre, con su melancolía, que nos transporte a ese lugar de donde venimos, en donde nos reuníamos con palabras dulces, sin tiempo. Aquí la lluvia de primavera y el sol de invierno aquietan al viento, que musita tu rostro entre sombras inverosímiles e indiferentes, al viento que me trae tu voz. Los caminos de tus pasos tienen el mismo final que los míos e inician en otras vidas donde fuimos tan felices, tan tristes; pero que sobreviven al universo. Dejarme contarte del sentimiento profundo que me embarga siempre, totalmente y que me espera en cada esquina, en cada sonido, en cada reencuentro, en tus palabras que imagino. Llévame en tus ojos, en tus labios, esconde me en tus cabellos hasta el silencio; pero no restrinjas el movimiento circular del mundo. Piensa en que los dos ya no nos pertenecemo
La muerte es inminente, el sol ya no lo debe topar, su amoroso yaya, su viejo padre. Ulceras inclementes infestan su interior, labios y palabras ahora son monstruosas. Por fuera es solo una cascara dura decolorida, tieza, dolor constante degenera su mente, la última  cualidad que sostenía su género, la razón,  la razón hoy tan venida a menos. -Cuál será tu porvenir? Desde su inmenso sillón solloza una carcajada. - mi porvenir? Mi situación no cambiará, a ti vendrá la musa y te dará el dulce beso de la muerte. Yo seguiré consumiendome, secandome, en penumbras, sin compañia. - pero que hiciste? - qué. Qué hice? Pelié contra dios y perdí. Amaru castelA. La muerte es inminente, el sol ya no lo debe topar, su amoroso yaya, su viejo padre. Ulceras inclementes infestan su interior, labios y palabras ahora son monstruosas. Por fuera es solo una cascara dura, decolorida, tieza, dolor constante degenera su mente, la última  cualidad que sostenía su género, la razón,  la r
Las carreteras, las ciudades, la vida estan hechas para las personas que tienen dinero; para la mayor comodidad de los que poseen mas alla de sus nesecidades; pero, por qué  es asi? Los valores de solidaridad, de equidad, de convivencia quedan marchitos, como palabras hipócritas que se repiten día a día minuto a minuto, frente al real pensamiento que nos sumerge en una competencia desleal y voraz. A travez de los tiempos los que acumularon poder, el minúsculo pueblo que a impuesto sus doctrinas sobre todo el mundo, sigue manipulando y segando a la mente humana. Por qué  es asi? sí los pobres son más, muchos más. La peor mentira que nos oprime es la idea de " la felicidad " no es nuestra, es impuesta desde la mitología lejana, pero redunda en nuestras cadenas y retumba en nuestro subconciente. Es en el arte, la ciencia, la fantasía, lugares donde nos podemos reencontrar y olvidar las imposiciones que componen nuestra esclavitud. Amaru castelA. Las carreter