El sueño. El sueño se diluye entre cada acto autómata de la sobrevivencia, explotará como retoño de cantina algún viernes de exesesos y será tarde, estará perdido, su latente angustia se habrá consumido en un recibo de cajero automático, ya no dolerá o dolerá menos que la imposición de cualquier jefe explotador. En tal caso será tarde, tal vez encuentre un lapso en algún mundo oculto del subconsciente donde aún pueda mantener mi voluntad. Amaru castelA.
ECUADOR MILES DE AÑOS MILES DE LETRAS